El lodazal del debate

Antonio Ricaurte

Siempre hemos dicho que los debates no sirven para nada, pero en esta ocasión, realmente fue un desastre.

  1. 14 minutos es el máximo tiempo de atención que dedican las personas a un tema que les interesa. Pasado ese tiempo, pierden atención e interés en lo que ven o escuchan. En un debate, los participantes tienen ese tiempo para captar la atención de las personas más interesadas en ver el evento. En el debate presidencial, los candidatos no aprovecharon esa ventana de tiempo.
  2. La mayoría de ciudadanos odia la política pero espera que, en un debate, se produzca un hecho, un evento, un acto, un dicho que llame su atención para entretener. En el debate, nadie llamó la atención.
  3. Los debates, por sí mismos, no sirven para nada. Es el contenido que se genera posdebate lo que cobra importancia, siempre y cuando se produzca un ‘meme drop’: ese meme que es el resultado de ese hecho, dicho o acto que llama tanto la atención, que toma vida propia. Se sale de las manos de quien lo produjo y, alrededor de ese hecho, se hacen canciones, chistes, más memes, burlas, ataques, etc. En el debate, eso no sucedió.
  4. La candidata González, trató de construir un ‘meme drop’. Sin embargo, fue un intento poco planificado y sin estrategia. “No Noboa, no mientas otra vez”. ¡Terrible! Fue improvisado, sin fuerza y copiado del ‘meme drop’ “Andrés no mientas otra vez”.
  5. Los dos candidatos hablaron en el idioma de la política: ataques, insultos, denuncias, bronca, toxicidad y negativismo. Ahí empataron, se esforzaron mucho para que la gente rechace ese idioma típico de la política tradicional.
  6. En el debate se conoció a una Luisa plazuela, violenta, desenfocada, improvisada, chabacana. Un caso para estudio constituyó el apoyo de Luisa a Maduro: Nicolás Maduro tiene 85% de imagen negativa en Ecuador. Es decir, en Ecuador la gente odia a Maduro. ¿Sabrá Luisa que es un mal negocio político apoyar a semejante jumento?
  7. El presidente Daniel Noboa, apareció con jeans, camisa y sin corbata. ¡Excelente! Diferente a los políticos tradicionales. Ese estilo es el que debió mantener en el debate, es decir: ser distinto. Pero eso no ocurrió. Muy rápidamente cayó también en el lodazal de los insultos, ataques, denuncias y negativismo.
  8. Los dos candidatos empataron en un debate lleno de política tradicional.
  9. El debate no sirvió para nada. Los correístas dirán que Luisa ganó el debate y los simpatizantes de Noboa dirán que él lo ganó. Los indecisos los vieron revolcarse en el lodo pestilente de la política tradicional. No lograron atraer un solo voto más.

Queda claro que los dos candidatos van a la deriva, no tienen estrategia o tienen muy malos estrategas. Siguen empatando en una pésima campaña.