‘Antes estábamos mejor’

Manuel Castro M.

Frase que un grupo electorero se identifica, con uniforme incluido, al estilo fascista, con el pasado correísta, para confundir al electorado y obtener votos aludiendo a un pasado que no solo no es mejor, sino que incluye delincuencia organizada, sobornos, presos o enjuiciados los dueños de ese pasado y prófugos otros. No hay que olvidar el derroche y abuso de los fondos públicos, la inmensa deuda pública que dejaron tales gobiernos, el apoderamiento de los cinco poderes del Estado, con el invento de dos. Una Constitución como la de 2008 que acabó con el “Estado de Derecho” estableciendo el de “derechos”, cuya secuela hasta hoy es el caos político y judicial, con jueces inferiores desconocedores del derecho constitucional.

Está bien respetar ideas políticas diferentes, pero no se puede ser tolerante con los intolerantes, que mistifican la verdad, que nos quieren hacer olvidar la historia reciente de vergüenza política y de abuso del poder, para obtener cargos mediante elecciones democráticas. En el fondo y la forma tales electoreros intentan el fin de la democracia, bajo el gastado lema de que en la “democracia no se come ni se educa”. Cinismo mayor cuando sus líderes en Venezuela, Cuba, Nicaragua, tienen al pueblo sumido en la miseria, acanallado mediante represiones criminales.

Por supuesto que el pueblo está despierto y conoce tales antecedentes, pero tiene un amortiguamiento ético, pues aún espera que tales magos le proporcionen una vida mejor, cuando está se la obtiene con la libertad, el trabajo y la creatividad, no con discursos falsos y que en la práctica han obtenido fracasos monumentales, como en la URSS comunista, en Corea del Norte, en la China hoy capitalista y en América Latina.

Hay que negar el voto a los mesías populistas, charlatanes y demagogos, aprovechadores de un pueblo angustiado que aún mantiene esperanza en dichos líderes desprestigiados.

“No me gusta la gente indiferente ante la verdad”, decía Pasternak, al denunciar las atrocidades del régimen comunista en su patria. El individuo, que es lo que existe, no se debe alienar y votar sin previo razonamiento.