Ana Changuín Vélez
El 24 de mayo, al cumplirse seis meses desde que asumió el cargo, el presidente Daniel Noboa presentó su informe a la nación. En este evento, cargado de expectativas políticas, ofreció una visión sobre seguridad, desarrollo social y económico, infraestructura, institucionalidad y perspectivas futuras.
En lugar de optar por un discurso extenso de más de dos horas, como suele ser habitual en estos informes, el presidente Noboa empleó varios soportes audiovisuales. Esta estrategia no solo minimizó el riesgo de errores, sino que también, asumo, buscó mejorar la retención de la audiencia.
Sin embargo, cabe preguntarse si lo que presenciamos en el hemiciclo legislativo puede considerarse un informe a la nación en el sentido más estricto. En la sección de seguridad, el Presidente mencionó los eventos del 9 de enero como un momento crucial que definió su política. En esa fecha, se declaró la existencia de un conflicto armado interno en Ecuador, lo que permitió que los militares actuaran en las calles en actividades relacionadas con la seguridad interna. En desarrollo social, abordó temas de salud, educación, servicios e inclusión, destacando sus esfuerzos para mejorar la calidad de vida de los ciudadanos. En infraestructura, trató la crisis energética y las medidas tomadas para evitar más racionamientos, así como mejoras en conectividad. En cuanto a desarrollo económico, destacó la creación de plazas de empleo, la ratificación de dos acuerdos comerciales, avances en la entrega de títulos de tierra y vivienda, y la reducción del riesgo país. La sección de institucionalidad subrayó esfuerzos contra la corrupción y el narcotráfico. Finalmente, cerró con un mensaje de unidad y esperanza.
Desde una perspectiva crítica, faltaron datos contundentes y proyecciones detalladas sobre el rumbo del país. La narrativa del Nuevo Ecuador requiere de información verificable, y aunque el ciudadano promedio no suele contrastar cada cifra, es obligación del mandatario proporcionar esa información de manera clara y accesible. La rendición de cuentas debe basarse en datos concretos que permitan a los ecuatorianos participar activamente en la gestión de gobierno.
Otro punto relevante es que, si bien el Presidente transmitió el mensaje de que hoy el país es distinto al que recibió en noviembre de 2023, los periódicos continúan mostrando hechos de violencia, y es imposible afirmar que caminamos en un ambiente de paz y tranquilidad.
Enhorabuena por los avances reportados. Ahora, y por el bien de los ecuatorianos, el Gobierno Nacional debe imprimir estrategia y políticas públicas con visión de futuro, asegurando que cada medida se traduzca en mejoras reales y sostenibles para el país.