Al revés

Matías Dávila

Matías Dávila

El otro día leí un meme que me pareció ‘mundial’. Decía: “Por favor, eliminen la ley seca durante las votaciones, ya ven a donde nos ha llevado votar sobrios”. Me acordé de aquella frase de Einstein: “Locura es esperar resultados diferentes haciendo lo mismo”. Tal vez algo hay que hacer diferente esta vez.

Lo primero es entender nuestro futuro en tres momentos: a corto, mediano y largo plazos. ¿Buscamos un cambio? Ok, solo podrá darse a largo plazo. Debemos buscar un líder que tenga la capacidad de establecer diálogo. El ‘pelión’, no. El corrupto (que haya robado o dejado robar), no. El que ya estuvo en el cargo un montón de tiempo y hoy quiere inventar el agua tibia, no. Los efervescentes, es decir, los que tuvieron un momento de brillo y creen que ese momento es suficiente mérito para llegar, no. Los perfectos desconocidos, no. Pero ojo, estoy haciendo mi lista, no te pido que coincidas con ella. A lo que voy es a dejar de votar por lo que hay y más bien elegir según lo que para tí es inaceptable. Haz la lista del “no votaría por” y luego, cuando tengas la lista hecha mira qué candidato se ajusta más a ese perfil y vota.

Nos acostumbramos a que el o la fulana tapen el hueco y corten la hierba del parque. Pero nuestras ciudades merecen muchísimo más. Mira lo que hay en las ciudades bonitas del mundo. Muchas tienen cosas sumamente innovadoras. ¿No las merecemos? Pero si seguimos votando por el que corte la hierba del parque nuestras expectativas son tan pequeñas que hará solo eso (si lo hace) y el resto de tiempo seguramente lo ocupará para meternos la mano al bolsillo. La política no es una religión. Defender a un candidato a capa y espada es un pésimo negocio. El voto es secreto, además. Es decir, no tienes la obligación de decirle a nadie por quién vas a votar. Pero hazlo con este análisis, seguramente quien gane valdrá la pena.