Coimas pese a todo

Se ha hecho de todo para acabar con la corrupción en el control del tránsito en Quito, hasta traspasar la competencia de la Policía Nacional al Municipio o mejoras sustanciales en los salarios. Sin embargo, la arbitrariedad y la coima siguen siendo “pan de cada día” en el tránsito de la capital. En teoría, las leyes y las ordenanzas existen para garantizar la seguridad y el orden en las calles de la ciudad, pero en la práctica resultan herramientas para facilitar la extracción de recursos de los conductores en beneficio de un puñado de funcionarios inescrupulosos.

El volumen y los mecanismos de las coimas han alcanzado niveles folclóricos, pero se podría revertir esa realidad. Para evitar abusos, las autoridades deberían informar claramente a la ciudadanía sobre cuáles son las competencias de los agentes de tránsito y las reglas que deben respetar en su trabajo. Igualmente, se puede emplear la tecnología para montar un sistema que permita registrar las infracciones con mayor celeridad y pagos electrónicos desde dispositivos móviles; todo ello pondría fin a las jugarretas extorsivas que inducen al ciudadano a coimar para evitar mayores complicaciones y permitiría impugnaciones más ordenadas.

Pero también se requiere más control y fiscalización. Es claro que, más que unos pocos elementos aislados, existen estructuras organizadas que deben ser combatidas. Vigilancia; escuchar las denuncias y testimonios ciudadanos; revisar la correspondencia entre tiempo de trabajo, detenciones, multas e ingresos recaudados; todo ello permitiría poner en evidencia un mal que afecta sobremanera a los ciudadanos. La autoridad que se atreva a hacerlo gozará del favor de los quiteños, sin duda.

FRASES DEL DÍA

«La soberbia es el vicio más frecuentemente castigado y, sin embargo, el más difícil de curar.”

Niccolo Tommaseo (1802-1874), escritor italiano

“El silencio es como el viento: atiza los grandes malentendidos y no extingue más que a los pequeños.”

Elsa Triolet (1896-1970), escritora francesa