Adaptarnos al futuro

Los ecos de la más reciente Conferencia de Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP26) resuenan en todo el mundo. Los pronunciamientos de Glasgow son una seria voz de alarma sobre el futuro del país a mediano y largo plazo. La motivación no es sólo ética o ambiental, sino claramente económica.

La sabiduría popular lo explica, “la Edad de Piedra no se acabó por falta de piedras”. El petróleo no desplazó al carbón y a la madera porque estos se hubiesen terminado, sino porque la industria y la innovación diseñaron eficiencias en torno a las cuales construyeron un nuevo sistema energético.

¿Qué pasará con la economía ecuatoriana, tan dependiente del petróleo, si el giro hacia otras fuentes de energía impulsado por algunas potencias y grupos económicos, llega a tener éxito antes de lo esperado?

Ecuador ha sufrido serios reveses en su historia por cambios en el entorno internacional que tornaron obsoletos o poco competitivos a importantes productos; los textiles de la Colonia, el cacao a inicios del siglo XX, el trigo y la manufactura nacional en la segunda mitad del siglo pasado, son algunos. La carrera es contra el tiempo. Ecuador debe extraer y vender más petróleo mientras sea altamente rentable, además de transformar a tiempo su base energética -y financiera- para cuando ya no lo sea.

La investigación, regulación e inversión en proyectos de energía renovable merece gestionarse con urgencia, recursos y tecnología, mientras llega esa nueva etapa que no debería tomarnos desprevenidos.

FRASES DEL DÍA

«No hay persona cultivada. Solo hay personas que se cultivan.”

Ferdinand Foch (1851-1929), mariscal francés

«Nunca te limites debido a la limitada imaginación de otros, ni limites a otros debido a tu limitada imaginación.”

Ellen Ochoa (1958), astronauta estadounidense