Acertijo legislativo

El país necesitaba, y sigue necesitando, reglas claras. La aprobación por el ministerio de la ley de la reforma tributaria propuesta por el Ejecutivo fue una pantomima que demuestra cómo se lleva la ‘alta política’ en el país.

La reforma dejará grandes perdedores y claros ganadores. El hermetismo y poca transparencia con que el oficialismo negoció los votos de los asambleístas de Rafael Correa, hoy agrupados bajo la etiqueta de UNES, engendraron una ley que nació condenada.

Hoy es aún más difícil descifrar los intereses de cada partido y las alianzas que entre ellos existen. Cualquier deducción hecha a partir de supuestas afinidades ideológicas o regionales es inútil. La actitud de UNES es sospechosa y preocupante, pero la intransigencia del PSC y de la ID, y la ambivalencia de Pachakutik tampoco contribuyen a aclarar el panorama. La inestabilidad política continuará, porque a menos de que se haya utilizado a la justicia como moneda de cambio, los pactos que evitaron que se archive el proyecto, serán efímeros. ¿Qué se puede esperar de este Legislativo ante debates aún más acuciantes que se avecinan, como la reforma laboral?

La inestabilidad jurídica ha sido señalada una y otra vez como uno de los principales obstáculos para el crecimiento económico en Ecuador. Una reforma huérfana como esta, que carece de respaldo claro y de suficientes bloques políticos que respondan por ella, es frágil y carece de legitimidad; no refuerza lo que requiere un país sediento de inversión privada y extranjera.

FRASE DEL DÍA

«La experiencia me ha enseñado dos lecciones: primero, que las cosas parecen más sencillas luego de que ya han ocurrido; segundo, que los críticos más convencidos suelen ser los que menos conocen del tema que se está criticando.

Ulysses S. Grant (1822-1885), militar y político estadounidense