Hay ecuatorianos que viven con menos de $2 al día

IMPACTO. Las carencias son más profundas en el campo.
IMPACTO. Las carencias son más profundas en el campo.

La pobreza extrema afecta a 2’636.636 ecuatorianos, que tienen ingresos familiares por debajo de los $47,37 cada mes.

En solo un año, comparando diciembre 2019 y 2020, el número de ecuatorianos considerados pobres, con ingresos familiares mensuales menores a $84,05, creció de 4’348.453 a 5’733.357. Así, en términos porcentuales, la pobreza pasó del 25% al 32,4% de la población, lo que significa un retroceso a los niveles de 2010.

Las mejoras sociales alcanzadas durante la última bonanza petrolera, y de precios de las materias primas, ya venían en retroceso desde 2014, pero la pandemia provocó un deterioro extremo.

Por su parte, la pobreza extrema afecta a 2’636.636 ecuatorianos, que tienen ingresos familiares por debajo de los $47,37 cada mes.

Sin calidad de vida

La situación se vuelve aún más precaria si se toma en cuenta la llamada pobreza multidimensional, que es un índice que mide el acceso en: educación, trabajo y seguridad social; salud, agua y alimentación; hábitat, vivienda y ambiente sano.

En los sectores urbanos, 3 de cada 10 ecuatorianos no alcanzan un nivel adecuado en esos aspectos; mientras que 7 de cada 10 en las zonas rurales subsisten en malas condiciones de vida.

En otras palabras, alrededor de 990.165 personas no solo que ganan poco, sino que se quedan fuera de las oportunidades educativas, alimenticias y sanitarias básicas. Esa penosa realidad es el pan de cada día para 1’274.837. 

Inversión social y empleo

Dentro del acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI), firmado en octubre de 2020, ya se preveía un deterioro de todos los indicadores sociales, por lo que se incluyó un aumento del gasto en bonos y ayudas directas.

Ese gasto, solo en 2021 llegará a los $1.500 millones, pero, según Vicente Albornoz, decano de Economía de la Universidad de las Américas, solo servirá como un paliativo, como un freno al descontento y al aumento de las carencias y necesidades inmediatas.

En este sentido, la única solución verdadera de mediano y largo plazo es que cada vez más gente acceda a empleos de calidad y a oportunidades reales de formación y desarrollo.

Santiago García, presidente del Colegio de Economista de Pichincha, aseveró que la mayoría de personas que mejoraron su calidad de vida, y que incluso pasaron a la clase media durante los años de bonanza económica, se vieron favorecidos por el acceso a un sueldo fijo y a un medio de vida en el sector formal de la economía. (JS)