El subempleo afecta a los ecuatorianos mayores de 34 años y con más experiencia

En el país hay 1’833.702 personas dentro de ese grupo, con un salario inferior a los $400; así como quienes son parte de los empleos no plenos.

Si gana menos de $400 al mes (Salario Básico Unificado) y trabaja menos de 8 horas diarias, a pesar de estar dispuesto a hacerlo por más tiempo, el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INEC) lo ubica dentro del 1’833.702 subempleados que tiene el país.

Seis de cada diez de esas personas son hombres que, en su mayoría, tienen entre 35 y 64 años. En otras palabras, son ecuatorianos que han tenido experiencias laborales previas en el mercado formal, pero ante la pérdida de su principal fuente de ingresos, han tenido que ocuparse en trabajos ocasiones, ventas y negocios informales, contratos de palabra y sin ninguna garantía.

Experiencia como desventaja

Roberto Carrera, exasistente administrativo, comentó que el golpe más duro luego de ir al desempleo es que toda la experiencia previa no solo que no es una ventaja, sino que se convierte en obstáculo para encontrar un empleo de calidad.

“El sistema en el país es muy contradictorio. Si eres muy joven te cierran puertas por la falta de experiencia; pero si está en la mediana edad o más, los reparos vienen porque tiene muchos años de trabajo a cuestas, está muy viejo, en fin”, acotó.

Solo en el último año, en medio de la pandemia, 392.719 personas más se convirtieron en subempleadas. El 54% encontró en el trabajo independiente una vía de seguir aportando al hogar; mientras que el 46% tiene un jefe u opera a través de relación de dependencia formal, sin acceso a beneficios de ley, como la afiliación a la Seguridad o cualquier otro tipo de seguro.

En las áreas urbanas, es decir en las ciudades, se encuentran siete de cada diez subempleados a lo largo del país.

Otro caso

Bajo la modalidad de empleos no plenos, el INEC registra, con corte a diciembre 2020, a 2’300.960 ecuatorianos que también tienen ingresos menores a $400 y una jornada inferior a las 8 horas diarias. La única diferencia es que no quieren trabajar más.

El 57% de las personas en esta categoría son hombres mayores de 45 años, con bajos niveles de estudios (hasta secundaria), pero con una amplia experiencia práctica en trabajos y oficios.

Lautaro Peña, 51 años, hace labores de guardia y conserje en un edificio de oficinas. Su horario es de 08:00 a 12:00 y no puede laborar más porque se turna con su esposa para el cuidado de un hijo con problemas para caminar y una rara enfermedad del corazón.

“No tenemos para pagar un cuidador o una enfermera. Tampoco contamos con más familia que nos dé una mano. Con poco tiempo y dinero tratamos de hacer todo lo que está a nuestro alcance”, aseguró.

Seis de cada diez ecuatorianos que subsisten mediante un “empleo no pleno” están en las zonas urbanas. (JS)

El empleo de calidad retrocedió 11 años

Mientras el subempleo y otras formas de trabajo precario aumentan sostenidamente, apenas un poco más de 2,5 millones de ecuatorianos tiene una actividad que les representa más de $400 al mes, una jornada completa y todos los beneficios de ley.

El llamado empleo pleno ha regresado a niveles similares a 2009, es decir, con más población y mayores necesidades, la formalidad en el mercado laboral ha retrocedido 11 años.

Desde el lado empresarial, Patricio Alarcón, presidente de la Cámara de Comercio de Quito, y Mauricio Pinto, industrial, concordaron en que la inversión llegó en mínimas cantidades al país durante los últimos años, como consecuencia de que no hay un norte claro sobre la política económica. Esa incertidumbre, que incluye la falta de reglas claras y la pesada tramitología, se mantiene durante la actual campaña electoral.

Horas y salarios por género