La continuidad del proceso se sustentará, en gran medida, del apoyo de la sociedad. Se analizan mecanismos de distribución de acciones a un porcentaje de la población.
Gonzalo Albán, gerente de Petroecuador, explicó que el hecho de que la empresa pública se convierta en una por acciones, y salga a cotizar en la bolsa, no la blinda en un 100% de intervenciones y manipulaciones políticas.
“Se pueden producir ese tipo de intervenciones no deseadas sobre la empresa estatal mientras está en bolsa; pero eso se va a reflejar en el precio de la acción. Si son demasiado nocivas, ese precio podría precipitarse y eso sería una alarma temprana para saber que algo malo está sucediendo”, dijo.
Jorge Milanese, experto internacional en mercados petroleros y gasíferos, concordó que solo el proceso de salir a la bolsa ayuda a ordenar la empresa, pero sobre todo a determinar las fuentes de valor. Sin embargo, además de los cambios legales que deben pasar por la Asamblea, se tiene que presentar planes sólidos de corto, mediano y largo plazo, los cuales deben soportar el escrutinio público interno y externo. Hay desafíos que no pueden esperar mucho tiempo cómo el aumento de producción.
Apoyo popular
Maldonado recalcó que, sin continuidad en el proceso más allá de este Gobierno, no se va a ver resultados tangibles en el mediano y largo plazo de la fusión de Petroecuador y Petroamazonas, y la posterior salida a cotizar en bolsa.
Para lograr esa continuidad, el funcionario consideró que es indispensable un apoyo mayoritario de la sociedad, la cual deberá basarse en desvirtuar los miedos sobre una eventual privatización.
El Estado se quedaría con el 50% de las acciones de Petroecuador y el resto se colocarían entre inversionistas nacionales y extranjeros. | “Lo que se busca es distribuir o democratizar la propiedad, mientras la privatización es transferir un activo de un monopolio público a uno privado. El objetivo del proceso que estamos llevando a cabo es que el mayor número de ecuatorianos e inversionistas internacionales sean propietarios”, acotó. |
En este contexto, se podría replicar estrategias como las desarrolladas cuando Ecopetrol salió a bolsa y se repartieron acciones entre 500.000 colombianos. Otro ejemplo para tomar en cuenta, y que según Maldonado también está en la mesa de análisis, es lo realizado en la época de Margaret Thatcher con British Telecom. En esa época se distribuyeron masivamente acciones a toda la población, y con esto se permitió que las familias británicas tengan ganancias de capital muy importantes.
Un tercer modelo, aplicado cuando se modernizó YPF en Argentina, es entregar participaciones a los empleados de la empresa pública. (JS)