Llega de conquistar México

Entrega. La entrega de Ferrera en la arena de México. EFE
Entrega. La entrega de Ferrera en la arena de México. EFE

Por: Juan Antonio de Labra

Como si el destino le hubiese entregado una varita mágica a Antonio Ferrera, no sólo se ganó el Estoque de Oro que estaba en disputa, sino que, el pasado miércoles, acabó de enamorar a la afición mexicana, luego del indulto del bravo toro ‘Tocayo’, de La Joya, que fue un dechado de transmisión, calidad y repetición en sus embestidas.

Y de esta manera, el extremeño acabó por conquistar a un público que en las últimas dos tardes se ha rendido a sus pies, por esa forma tan peculiar de torear, de entregarse a la improvisación, a la euforia del sentimiento.

Ya desde la Temporada Grande anterior estaba visto que Ferrera le había cogido el pulso al gusto de la gente, y desde entonces no se apartó de ese concepto estilístico que tan buenos dividendos le ha granjeado. Porque al margen de sus procedimientos, que podrán gustar más a unos y menos a otros, resulta innegable su capacidad de conexión con el público, y eso tiene un inmenso valor.

Al final Antonio Ferrera salió a hombros por segunda vez consecutiva. Así fue como culminó este romance entre La México y un torero español, acaso el nuevo consentido de este público, con toda la frescura de un nuevo amor a cuestas.