Las 'vacas flacas' de la Federación Ecuatoriana de Fútbol

(Foto: archivo)
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Guayaquil, (EFE).-

Desde el escándalo del FIFAgate, que forzó en 2016 la renuncia de su presidente Luis Chiriboga, la Federación Ecuatoriana de Fútbol (FEF) no ha conseguido consolidar, por distintas razones, un proyecto nacional.

Chiriboga, que renunció al cargo por presuntos actos de corrupción investigados a nivel nacional e internacional por lo que fue condenado con encarcelamiento, sigue siendo el último presidente de la FEF que de alguna manera dio estabilidad a la institución, o que por lo menos llevó a la selección absoluta a tres históricas clasificaciones mundialistas en 2002, 2006 y 2014.

La sagacidad, el poder para negociar con los técnicos y los jugadores, la persuasión para tener siempre contentos a los directivos de clubes y de asociaciones, fueron determinantes para que lo reeligieran periodo tras periodo al mando del fútbol local hasta estar 18 años al frente de la máxima institución.

Sustituido por su vicepresidente Carlos Villacis, tras ser depuesto en un proceso de justicia ordinaria, la FEF no tuvo durante su mandato ni la misma capacidad de persuasión, ni la proximidad con los jugadores, ni la sabiduría para encontrar un técnico que supiera sacar provecho a la capacidad deportiva que sus pupilos.

Y es que Villacís, aunque con una amplia trayectoria en el campo de los negocios, fracasó en el intento de sostener la era de éxitos de su predecesor por su poca trascendencia en el fútbol local, con un equipo más convertido en una escuela de fútbol, que volcado en el logro deportivo.

Tras el fracaso de Villacís, y con un equipo en manos del técnico ‘Bolillo’ Gómez, Francisco Egas, del club Universidad Católica, apareció en enero de 2019 como la supuesta salvación, con la promesa de aplicar modernas técnicas de reflotación administrativa y deportiva.

Pero se encontró a una Federación prácticamente quebrada con unos siete millones de dólares de déficit y las habituales rencillas internas que poco aportaban a la estabilidad de ningún proyecto.

Y aun así, se aventuró a un cambio profundo y prometedor dentro del fútbol local con un proceso de reestructuración hasta 2030, en el que poco a poco se vio abandonado por sus propios compañeros de Directorio, y más recientemente también por los directivos de clubes y de asociaciones.

El «proyecto Egas» apostó por un cuerpo técnico altamente profesional y «europeísta», en el que entraron -no sin cierto retraso- el español Antonio Cordón, como director deportivo, y el hispano-holandés Jordi Cruyff, como entrenador.

El desmadre se armó cuando Egas violó aparentemente las directrices de su Directorio en la inversión requerida, lo que sumado a su poca claridad y transparencia ante el Directorio, propulsó una moción de censura que le removió del cargo a finales de abril.

En medio de un parón futbolístico por el coronavirus, con una crisis financiera sin precedentes en el fútbol local, el mismo Directorio designó presidente a Jaime Estrada y desde entonces los problemas se han ido acumulando como el agua de una catarata hacia el despeñadero.

Los clubes y asociaciones -que designan a los vocales de la FEF- han desconocido a Egas y ratificado a Estrada, quien no solo ha quedado a la espera de un proceso judicial presentado contra la moción de su predecesor, sino que está ahora también a la espera de que la FIFA y la Conmebol decidan en el caso.

Estrada ya ha tomado contacto con Cordón y Cruyff para renegociar unas condiciones más acordes a la situación, y el proyecto nacional dependerá de que todos lleguen a un acuerdo.

Mientras, la permanente rivalidad dentro de la FEF, la comidilla en los titulares de prensa, las poco responsables declaraciones de jugadores y como no, el coronavirus, siendo amenazado la consolidación de un equipo que devuelva a los ecuatorianos la confianza en su selección.

Antonio Valencia contrario a la administración de Egas

Antonio Valencia opinó este domingo que Francisco Egas no merece ser el presidente de la FEF.

«Una persona como este señor no puede ser presidente. No tiene conexión con los jugadores. Él piensa que está mandando en una finca», arremetió Valencia con referencia a Egas, en una conversación por Instagram con su compañero de la selección nacional Jefferson Montero. «Te digo la verdad, lo que se hace en la tierra, aquí mismo se paga. Este individuo, lo que nos hizo después de la Copa América a jugadores que han hecho mucho por el país, terrible», agregó Valencia en la conversación por la red social.

Se refería a un polémico episodio durante la Copa América de Brasil 2019, cuando se denunció un escándalo que involucró a Valencia y otros seleccionados.

Egas, sin precisar nombres, aseveró entonces que algunos jugadores habían cometido un acto de indisciplina, que habían consumido bebidas alcohólicas en una habitación del piso 17 del hotel donde estuvo concentrado el equipo.

«Yo me reuní con algunos compañeros ahí, que no toman. Siempre nos hemos reunido, antes hasta con directivos. Pero este tipo lo hizo con ganas de dañar la imagen» de los seleccionados y del cuerpo técnico, aseguró Valencia.

Agregó que Egas, aparentemente, hizo esas denuncias porque quería echar del equipo al seleccionador de entonces, el colombiano Hernán «Bolillo» Gómez, para evitar pagarle ante la mala actuación de la selección en esa edición de la Copa América.