¡Histórico título!

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LA HORA / AFP

Llegó a la meta y explotó en lágrimas sobre su bicicleta. Ecuador tuvo que esperar 102 años para flamear la bandera de Ecuador en lo más alto del podio italiano.

Richard Carapaz Montenegro lo hizo. Subió todo el país en su bicicleta y hoy 2 de junio pasó a ser una leyenda en el deporte en Verona como el primer ciclista ecuatoriano en ganar una Gran Vuelta por etapas.

Agarró la maglia rosa hace 8 jornadas y nunca la soltó. El sábado defendió com coraje su primer lugar y hoy en la contrarreloj individual demostró que es un todo terreno.

En la clasificación general le escoltaron Primoz Roglic y Vincenzo Nibali.

Al comienzo del Giro en Bolonia nadie había reparado en el menudo escalador carchense de 26 años, que había acudido a la carrera rosa con la intención de ayudar a su jefe de filas en el equipo Movistar, el español Mikel Landa, a lograr la victoria final.

Su 36ª plaza en la ‘crono’ final de Verona, ganada por el estadounidense Chad Haga, es anecdótica, ya que el ecuatoriano pudo conservar el liderato y escuchar el himno de su país en lo alto del podio vestido con la preciada ‘maglia’ rosa y el Trofeo Senza Fine en sus manos.

Carapaz, que pudo vivir los primeros días de la carrera alejado de los focos, que se centraban en los favoritos al triunfo final como el esloveno Primoz Roglic, el italiano Vincenzo Nibali, el británico Simon Yates, el colombiano Miguel Ángel López o el ya mencionado Landa, pasó de lugarteniente del ciclista vasco a jefe de filas del Movistar en la segunda parte de la prueba, una vez que comenzó la montaña.

El ecuatoriano conquista una gran vuelta por etapas en su tercera temporada como profesional, aunque ya el año pasado dejó ver su clase al acabar cuarto en el Giro.

«Sin duda, cometimos el error de dejarle demasiado espacio», admitió antes de afrontar las últimas etapas montañosas Nibali, que acabó segundo en la general a 1:05 del sudamericano.

Dos veces ganador del Giro, el ‘Tiburón’ se centró demasiado en su marcaje a Roglic, el gran favorito tras su gran inicio de Giro, y acabó pagándolo.

El abandono del vencedor de la carrera en 2017, el holandés Tom Dumoulin, tras una caída en la primera semana, y la ausencia del último vencedor, el británico Chris Froome, abrieron las posibilidades de victoria a ciclistas que no contaban en los pronósticos.

Carapaz fue uno de ellos, pese a que un problema mecánico en la tercera etapa, con final en Orbetello, le hizo perder 46 segundos con respecto a los favoritos.

Cambio de papeles en Movistar

El ciclista, nacido en Carchi, muy cerca de la frontera entre Ecuador y Colombia, a cerca de 3.000 metros de altitud, aprovechó que sus rivales le subestimaron para recuperar tiempo en Courmayeur, en un ataque en el difícil ascenso al San Carlo, durante el cual Nibali y Roglic se marcaron estrechamente, desinteresándose de lo que pudiese hacer Carapaz.

Ese día, el ecuatoriano ya hizo historia al vestirse de rosa y, con sólo ocho jornadas para el final en Verona, vio cercana la posibilidad de luchar por el triunfo final.

«El equipo merece un 10 sobre 10», destacó en días anteriores Carapaz, refiriéndose a la ayuda prestada por sus compañeros, incluso por Landa, que en un cambio de papeles pasó de jefe de filas a lugarteniente para ayudar al ecuatoriano a alcanzar su sueño rosa.

Landa, al que sus rivales consideraban «el más fuerte en la montaña», se había dejado gran parte de sus opciones de victoria en la pésima contrarreloj de San Marino y en otra ‘crono’, la de este domingo en Verona, perdió también el tercer escalón del podio, en favor de Roglic, el exsaltador de esquí que acaba por primera vez entre los tres primeros de una gran vuelta (fue 4ª en el pasado Tour).

La del ciclista vasco no ha sido la única decepción de este Giro. Yates, que llegó a Bolonia con grandes ambiciones al punto de desafiar a sus rivales («En su lugar, yo tendría miedo», llegó a decir antes de la salida), no destacó cómo lo había hecho un año antes, donde vistió de rosa durante 13 días y sólo perdió la prenda a tres días para el final.

Idilio sudamericano con el Giro

Tampoco ‘Supermán’ López cumplió con las expectativas. Tercero en la edición del año pasado, el colombiano fue mucho menos protagonista y más irregular en esta edición, en la que acaba en una meritoria 7ª plaza y mejor joven de la carrera.

Aunque también se le recordará por lo sucedido el sábado, cuando tras ser tirado por un espectador en uno de los puertos del día, se lió a guantazos con el aficionado.

Todo lo contrario que Carapaz, que no tuvo ni un día de desfallecimiento y que se convierte en el noveno ciclista en actividad con una gran vuelta en su palmarés… lo que da ya pie a todo tipo de rumores sobre su futuro. Llega a final de contrato con el Movistar español y se apunta ya a una gran oferta del todopoderoso Ineos británico (ex Sky).

La victoria final de Carapaz fue seguida con atención, tanto en su localidad natal de Playa Alta como en la capital Quito.

Desde la costera ciudad de Guayaquil el presidente Lenín Moreno, celebró el esfuerzo de Carapaz y de sus familiares, «los que le empujaban no solo en términos físicos y emocionales sino desde el corazón», dijo.

De su lado, el vicepresidente Otto Sonnenholzner exclamó emocionado que «Ecuador llegó a la gloria sobre dos ruedas».