Presiciones sobre el Centro Histórico de Quito

El día 10 de septiembre apareció el artículo ¿Está en peligro la declaratoria de Quito como Patrimonio Cultural de la Humanidad?, evidenciando la preocupación del prestigioso diario que usted dirige hacia los temas de la cultura y patrimonio.

Dada la importancia del asunto y debido a diversas imprecisiones en el texto, me permito comentar lo que sigue. Me abstengo de observar asuntos de sintaxis y ortografía, que debieron ser advertidos antes de su publicación.

En primer lugar, considero alarmista, exagerado e injusto el título del artículo, pues el mismo periodista se encarga de descartar que esto pueda suceder. ¿Es esto ético?

Igualmente en la nota se plantea como posible causa del retiro del reconocimiento de la Unesco a la pobreza, a la basura y a la inseguridad… Me pregunto: ¿Es la imagen superficial lo que da valor al Centro Histórico y no su esencia?

El Centro Histórico de Quito, y no casco colonial como se dice dos veces en el artículo, fue delimitado y protegido por ordenanza municipal en el año 1966 y no “por los años 70”, vaguedad inapropiada en una nota de prensa que trata precisamente sobre el espacio protegido, ubicando una década después la acción de protección.

Igualmente son confusas las cifras sobre recolección de basura y delincuencia, en esa área, pues a estas no se las compara con otros sectores de la ciudad o con la media general de la zona urbana del DMQ, para tener una valoración cualitativa.

La cifra de recolección de basuras que se publica NO es exclusiva del Centro Histórico, pues corresponde a cinco barrios más, siendo estos más populosos que él. Por lo tanto, ¿Cómo sabe el lector cuántas de las 53.859 toneladas de residuos recogidas en el 2020 le corresponden y si son mucho o poco para su área y población?

De acuerdo con las cifras generales de la Empresa de Aseo, en Quito se recogen unas 2.300 toneladas diarias de basura, al mencionar ustedes 150 toneladas en los seis barrios, estas apenas representan el 6,5% del total.

La misma vaguedad existe al hablar de la inseguridad. Ustedes dicen que la Policía Nacional dio cuenta que -solo hasta febrero de 2021- se reportaron 27 robos a personas y dos muertes violentas, en ese distrito [sic], pero no se dignan mencionar desde cuándo es ese conteo, por lo tanto no sabemos si es mucho o poco, pues podría ser el lugar más pacífico del DMQ si el conteo es desde enero de 2000 o el más inseguro, si el conteo es desde enero de 2021. Concluyo este comentario, tal como dice el autor del texto: Es decir, un descuido total.

En el acápite titulado “Riqueza cultural que no se conservó”, es indispensable recordar que la inclusión del Centro Histórico de Quito en la lista del patrimonio mundial ocurrió el 8 de septiembre de 1978, y para esa fecha ya se habían derrocado muchísimos edificios que tenían méritos históricos y arquitectónicos, pues desaparecieron antes de julio de 1966 cuando el Concejo Municipal aprobó la Ordenanza 1125 que delimitó y protegió inicialmente al Centro Histórico.

Por otra parte el reconocimiento internacional no fue por ser el centro histórico más antiguo de América, pues hay al menos 50 ciudades más antiguas que Quito y varias de ellas, patrimonio mundial, como Cusco, La Habana, Cartagena, México, etc. La antigüedad tampoco es un valor per se, pues Brasilia, inaugurada en 1960 es también patrimonio mundial. Quito, con sus más de 300 hectáreas, tal vez sea el centro histórico más grande en América, pero ya no es desde hace al menos una década el mejor conservado…

El señor Fuenmayor, “investigador sobre Quito”, a quien recurrieron y que lo llaman “experto”, desconoce, por ejemplo, que la Casa de los Abogados (la de la leyenda de la Casa 1.028) se derrocó hacia 1951, pues el edificio Guerrero Mora se concluyó en 1954. Lo mismo ocurrió con la Casa de la Inquisición que fue derrocada en enero de 1954, para dar paso al edificio Bolívar y al cine Atahualpa. ¡Estos derrocamientos sucedieron doce años antes de que el centro estuviera protegido! Y medio siglo antes se derrocó la Universidad de San Gregorio y tantos más…

“La casa que pertenecía al Márquez de Selva Alegre” es el mismo inmueble que dio paso a la Plaza Chica, pero ustedes hablan como si fueran dos distintos edificios. El marqués (con “s” no con “z”) Juan Pío Montúfar y Larrea vivió en la casa esquinera que se levantaba en las calles que actualmente se denominan Espejo y Guayaquil, a inicios del siglo XIX. Cambió de propietarios varias veces a lo largo del tiempo y a inicios del XX fue refaccionada para sede del Banco de Préstamos. Posteriormente, hacia 1970, fue expropiada por la Municipalidad y lamentablemente derrocada (ustedes dicen “erradicada”). Esta operación ocurrió cuando ya estaba vigente la protección del Centro Histórico, pero sin duda contó con aprobación de la misma Municipalidad, su propietario.

También luego de la protección desapareció, desgraciadamente, el edificio de la Biblioteca Nacional. No fue modificado como se dice, sino vilmente derrocado y no para dar espacio a la vía del Trolebús, pues este sistema de transporte recién comenzó a operar a finales del año 1995. La demolición ocurrió dos décadas antes en la alcaldía de Sixto Durán Ballén (1970-1978), debió contar también con aprobación Municipal, pues el inmueble le pertenecía. Esto ocurrió, probablemente, en 1972 y fue producto de la ignorancia y la desvaloración de la arquitectura de inicios del siglo XX y de la modernidad.

Al final, ustedes recogen las palabras del señor Fuenmayor, quien dice: “La modernidad fue un ataque para el centro histórico”. Considero que el “experto” se equivoca.

Al hablar de Centro Histórico, no podemos proscribir una época y menos el siglo XX, pues la protección se dio, como hemos visto, de toda el área con todas las edificaciones que existían en ese momento, tanto las coloniales, como las posteriores, siendo precisamente las en mayor número las comprendidas en la centuria que va de 1860 a 1960.

Basta revisar rápidamente lo que ocurre en la Plaza Grande: el Palacio de Gobierno es un edificio en hormigón armado, terminado en 1960 por el gobierno del presidente Ponce Enríquez. La Casa Municipal fue construida entre 1970 y 1977. El Hotel Plaza Grande se lo concluyó a inicios del siglo XXI, su estructura interior de hormigón fue realizada hacia 1975, mientras que las fachadas son de cuarenta años antes… El Palacio Arzobispal fue construido en 1852 y remodelado íntegramente 130 años después, a la par que la casa vecina para convertirla en un pasaje comercial. La Casa del Alcalde fue comprada en la alcaldía de Rodrigo Paz y remodelada dos veces en la década siguiente, primero para oficinas del Fonsal y luego para Casa del Alcalde Mahuad. Por último, la plaza de tierra fue convertida en jardín en 1862, en 1906 se inauguró el monumento a los héroes del 10 de Agosto y se puso una reja que se la quitó en 1945, añadiendo las pilas de piedra que simulan ser coloniales…

Por eso hablamos de Centro Histórico y no de “casco colonial”. Y bien cabría una intervención drástica ahora, en el siglo XXI, para recuperar el centro, no solo sus edificios emblemáticos, ahora hace falta recuperar la inmensa cantidad de viviendas abandonadas y deterioradas, ordenar las actividades y equilibrarlas, mejorar la calidad de vida de los habitantes e incrementar su número, crear fuentes de empleo, atender a los desamparados: ancianos, pordioseros, adictos, delincuentes, etc. etc.

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