La Corte Constitucional dictaminó que el ejército ecuatoriano no puede ingresar a las cárceles, lo cual favorece a las bandas de narcotraficantes. Esto significa que la soberanía estatal solo rige fuera de las penitenciarías, como si en el país hubiese dos constituciones: una para afuera de ellas y otra al interior. Cualquier estudiante de primer curso de Derecho sabe que la ley es la expresión de la voluntad soberana del pueblo que, codificada en la Constitución, manda, prohíbe o permite, y que el Estado tiene la potestad de ejercer la fuerza de la ley en todo el territorio nacional. Esto no significa que el poder disuasorio se vaya a ejercer abusiva y arbitrariamente. Se lo hace en forma prudencial, progresiva y de acuerdo a la situación; para ello hay normas legales. Pero parece que los señores jueces de la Corte Constitucional han malinterpretado la ley. Sería de esperar que se corrija esto ante la grave situación carcelaria que estamos viviendo y que, en el corto plazo, requiere de medidas a la altura de las mismas. No obstante, a largo plazo, se requiere un verdadero cambio de mejoras estructurales carcelarias.
Enrique Alberto Guerrero Barba