Si tienes la mala práctica de calcular exageradamente tus utilidades, con un año de anticipación, para luego proyectar un gasto mensual y estilo de vida apuntalado previamente en tus tarjetas de crédito, estarás en serios aprietos.
Pero si proyectas un cobro simbólico de utilidades y al momento de recibirlas es superior a tu proyección conservadora, ese adicional debería destinarse directo al ahorro y no al gasto corriente. El mundo no ha salido del Covid. Es momento de ser más conservador y mesurado con el dinero extra a recibir.
El presupuesto familiar y gubernamental deberá considerar un rubro de bioseguridad preventiva. La tribu más disciplinada es la que terminará saliendo avante y no necesariamente una potencia mundial con ciudadanos indisciplinados, cansados y aburridos del encierro.
Gunnar Lundh
Guayaquil