¿Qué pasa cuando ya no se pudo prevenir una desgracia? Pues, nada más que afrontar las consecuencias de ésta. Y con una buena actitud, así será más llevadera la carga.
Eso, sí, para la próxima evite los riesgos que causaron el problema, más aún si ocurrió en su propia casa. Ponga atención a los factores de peligro y remédielos, lo antes posible.
Pero ahora, que hay una persona vendada, enyesada o paralizada; la primera recomendación médica es el reposo e inmovilidad de la parte afectada. Sin embargo, difícilmente alguien podría estar días o semanas sin levantarse siquiera para ir al baño.
Dependiendo de lo grave del daño, la idea es que la casa sea un lugar cómodo y permita que el paciente se desplace por ella sin peligro, contando con el respectivo respaldo para facilitar su movimiento.
Primero, lo primero
Suponiendo que el ‘enfermito’ pueda valerse por sí mismo, aunque no como para salir a trotar o tan siquiera caminar normalmente sin apoyos, la primera medida es garantizarle ‘vías libres’.
Esto implica desplazar y/o retirar, algunos objetos de la casa para que no se conviertan en obstáculos tanto del cuerpo de la persona como de su respaldo (bastón, muletas, andador o silla de ruedas).
El desplazamiento es más para los muebles, que son un serio riesgo de tropiezos o golpes. Bastará con reacomodarlos, juntándolos todo lo que sea posible, para dejar el mayor espacio libre para el tránsito.
Una amenaza más grande, aunque en una presentación pequeña, constituyen los objetos fácilmente removibles; adornos, lámparas, teléfonos, vajillas, inclusive ropa, deben estimarse de cuidado.
Por ejemplo, qué tal si al tratar de alcanzar un objeto necesario, el paciente tira al suelo un adorno frágil. ¿Intentará recogerlo, forzando más su lastimado cuerpo? ¿Querrá limpiar si el adorno se rompió? ¿Demandará ayuda de alguien que quizá no pueda acudir en su rescate?
Lo mejor sería almacenar todos estos riesgos hasta que todo vuelva a la normalidad o ponerlos donde no signifiquen problema alguno.
Por último, pero sumamente necesario, despeje el camino del herido hacia todas sus necesidades básicas. Procure que pueda utilizar el baño libremente apenas requiera. Que pueda alimentarse fácilmente, abrigarse o refrescarse, comunicarse por teléfono y acostarse a reposar.
Usualmente, se debe seguir un tratamiento médico con determinadas medicinas y alimentación. Es fundamental conocer al paciente, si está en la posibilidad de tomar por sí solo la medicación, en la justa medida y a tiempo.
Si de niños se trata, habrá que estar muy pendientes de que si bien no olvide su medicina, tampoco vaya a tomarla cuando sea o apenas sienta molestias; peor desperdiciarla o extraviarla.
Tomar un baño puede ser más dificultoso, pero se puede improvisar una silla en la bañera, un recubrimiento para la venda o yeso, también, emplear una ducha de mano; en fin, buscar una opción práctica.
Cada cual representa un cuidado
Como siempre, hay que conocer muy bien el hogar, en este caso a sus habitantes. La personalidad de cada uno es determinante del trato o cuidado que le es necesario. Piense detenidamente en ello antes de creer que todas sus atenciones son bien asimiladas.
Por ejemplo, a la persona encargada de las tareas del hogar, aunque usted crea que le cae de perlas este ‘descanso’, bien podría resultar todo lo contrario: podría sentirse inútil o que sus tareas otros las están haciendo muy mal.
Tampoco falta el súper ser humano, que descalifica los consejos médicos y supone que estará bien en menos de lo que canta un gallo. Esta actitud es peligrosa, porque puede terminar empeorando la lesión con resultados irreversibles.
Igual de negativa es la conducta de pasividad total y autocompasión, que a más de afectar el ritmo de vida de los familiares, puede producir otros daños en la salud o alteraciones anímicas.
El cuidado de una persona lastimada o discapacitada en el hogar, más que responsabilidad u obligación, debería ser una obra de unión familiar y la oportunidad de demostrar al ser amado cuánto importa.
Que no todo sea buenas intenciones, el cuidado debe estar guiado por medidas bien calculadas, en cuanto al ritmo y características de casa; igualmente, considerar los deseos, necesidades y capacidades del paciente.
Finalmente, no hay que olvidar la comprensión, cariño, respeto y afecto que un ser querido merece bajo tales circunstancias. No todo es comer y dormir. Recuerde que el próximo puede ser usted.
Consejos
Hágalo usted mismo
¿Cómo pasar el cable telefónico en casa?
Éste se puede pasar desde donde esté el cajetín de teléfono hasta cualquier habitación.
Procure siempre que no represente peligro de enganche para los habitantes de la casa. También debe estar lo menos a la vista posible.
– Una opción es la silicona o cola termo selladora para fijar el cable a diferentes superficies.
– Aplique el pegamento en el perímetro escogido e inmediatamente fije en él el cable, que debe estar bien estirado.
– El acabado que se consigue es el mejor, pero la velocidad de instalación es lenta, además debe buscar la manera de que el cable no se mueva para nada.
– Otra posibilidad es el uso de grapas especiales que se clavan con la ayuda del martillo.
– Asegúrese que el cable esté tenso siempre; para ello, la distancia entre las grapas no debe ser mucha.
– Cuidado con clavar muy profundo las grapas, pues podría terminar dañando el propio cable, interrumpiendo el funcionamiento.
– Otra alternativa es emplear tubería conductora, Claro, esta tubería de plástico especial es flexible y muy delgada.
– Para instalarla hay ganchos especiales. Necesitará un taladro para colocarlos, no lo haga con martillo, pues puede arruinar su pared o muebles.