Una obra hecha en Ecuador, por la memoria del Holocausto

Por: Fernando Esparza Dávalos

Yaron Avitov, el autor del libro ‘La Flauta de Jaim toca el cielo’, es un israelí que reside en Ecuador. Con su obra, no quiere dejar de ser testimonio de pasión y compromiso con su pueblo, a la vez que acción de pluma rebelde contra lo que significa el terrible Holocausto.

Proclama a favor de la justicia, no solo para su pueblo y para los judíos, sino para todos los que hemos constatado lo que fue la Segunda Guerra Mundial con su brutal pretensión de exterminio encausada por una mente enferma y diabólica como evidencia cualquier libro que trate de Adolfo Hitler.

La novela corta ‘El flautista de Birkenplatz’ muestra a un joven que ha estudiado música en el Conservatorio, cultor de flauta por genética ya que su abuelo Haim Zaks asesinado por los nazis, lo hizo con gran éxito en su tiempo.

Luego de graduarse, el joven es en la Orquesta Municipal. El director, Abreiml Perski, es un sobreviviente del Holocausto y conoció a su abuelo.

El sueño del Director es realizar un Concierto el día del Holocausto en Birkenplats con sus músicos vestidos de blanco, como en la guerra, cuando a petición de los nazis debió formar una orquesta para tocar en sus fiestas. Uno de los primeros escogidos fue su abuelo. El joven flautista sabía que su abuelo murió cuando tocaba su instrumento en Birkenplats.

Seguramente sus conciencias los torturaban ya que mientras ellos tocaban otros morían”, escribe Avitov. La novela atrapa.

La radio, en la Segunda Guerra, era el cordón umbilical entre la vida y la muerte, entre la libertad y la opresión, es la que trasmite noticias de esto, de aquello, de la ‘Shoa’ donde la gente quería saber de los ghetos, de los trenes, de los hornos crematorios y cien mil cosas más que destruían al pueblo judío. Era la ansiada “búsqueda de los parientes”.

El autor, Yaron Avitov te invita a leer el capítulo ‘El flautista de Birkenplatz’, en este link.