Renta Básica Universal: la “manzana envenenada”

REALIDAD. Más de 2 millones de ecuatorianos están en el sistema de protección social
REALIDAD. Más de 2 millones de ecuatorianos están en el sistema de protección social

El proyecto crearía más burocracia y los beneficiarios cobrarían con dinero electrónico que no tiene sustento real en papel.

Según datos de Unicef, la actual crisis económica generada por la Covid-19 dejará un saldo de 1,4 millones de nuevos pobres y 1,8 millones en extrema pobreza. Ante esta realidad, desde varios sectores se han planteado propuestas, pero una de las más perniciosas, inclusive denominada la “manzana envenenada” por muchos analistas, es la llamada Renta Básica Universal (RBU).

La iniciativa, impulsada por el Foro de Economía Alternativa y Heterodoxa, establece que se entregue $400 mensuales a un millón de personas en los segmentos más vulnerables y de menores ingresos. Esa renta sería recibida sin condiciones y de manera permanente.

Una de las principales falencias para lograrlo, es que el financiamiento vendría de la emisión de notas del Tesoro, a través del ministerio de Economía, e irían a formar parte de los activos del Banco Central para que esa institución haga los pagos mensuales con dinero electrónico.

Alberto Acosta Burneo, analista económico, explicó que el riesgo es que se va a inyectar a la economía ese dinero electrónico que no tiene dinero real que lo respalde. “Vamos a vivir un proceso inflacionario como sucedió en un país dolarizado como Zimbabue (África), en donde se emitió una gran cantidad de papeles para soportar más gasto. Con eso le devolvemos a los políticos la maquinita de imprimir billetes”, dijo.

Además, la propuesta incluye la creación de más burocracia, mediante una secretaría adscrita a la presidencia, cuya función final sería establecer una economía paralela en donde los beneficiarios de la RBU serían obligados a gastar en lo que decidan los burócratas: 20% servicios básicos, 60% alimentos y 20% seguridad social.

Diego Olmedo, analista económico, comentó que, al no ser pagos realizados con dinero real, lo que pasará es que se creará huecos financieros en las instituciones públicas que reciban el dinero electrónico. “La iniciativa no es viable en esas condiciones”, acotó.

Fortalecer lo que ya existe

En lugar de tratar de copiar proyectos que se han presentado en otros países, Santiago García, economista y docente de la Universidad Central, insiste en la necesidad de que se fortalezca y se incremente las transferencias directas que ya funcionan en Ecuador.

“El mismo FMI le jaló las orejas al actual Gobierno porque los bonos y ayudas solo llegan al 30% de los segmentos más pobres. Hasta el primer trimestre de 2021 se busca mejorar el registro social para que, en los próximos dos años, se camine a aumentar la cobertura al 70%”, añadió.

El concepto de la RBU no es malo, a criterio de García, pero hay que debatirlo y ponerlo como meta de mediano plazo, como consecuencia de la evolución del sistema de protección social actual.

Crecimiento e inversión

Olmedo puntualizó que si bien las trasferencias directas ayudan a evitar un mayor deterioro económico y social, la verdadera solución al problema de la pobreza es la generación de empleo mediante la inversión y el fomento de las exportaciones.

Actualmente, el Gobierno gasta $733 millones en bonos y ayudas sociales“La única forma de que esos $400 aterricen de buena manera en las familias es a través del empleo, Necesitamos alrededor de $8.000 a 10.000 millones en inversiones para poder crecer a un nivel de más del 3%”, concluyó. (JS)