Carmen Burbano de Lara Directora del Programa de Alimentación Escolar del PMA

Tiempo. Desde 2018 la ecuatoriana Carmen Burbano de Lara dirige el programa de alimentación escolar del PMA.
Tiempo. Desde 2018 la ecuatoriana Carmen Burbano de Lara dirige el programa de alimentación escolar del PMA.

Ser conscientes de lo que se compra y ayudar a los productores nacionales son claves para dar una mano para reducir el hambre.

El Premio Nobel de la Paz 2020 fue otorgado este año al Programa Mundial de Alimentos (PMA), por sus esfuerzos en la lucha contra el hambre.

Dentro de este equipo se encuentra la ecuatoriana Carmen Burbano de Lara, directora del Programa de Alimentación Escolar del PMA, cuya labor es visibilizar la problemática de la desnutrición y junto con los tomadores de decisiones de cada país emprenden acciones para lograr la meta de ‘hambre cero’ que está ligada a evitar la deserción estudiantil. (AVV)

TRABAJO. La ecuatoriana dirige el programa de alimentación escolar.
TRABAJO. La ecuatoriana dirige el programa de alimentación escolar.

¿Cómo lograrlo?

Implementado programas agrícolas para apoyo a pequeños productores. Programas de nutrición para menores de cinco años, para madres. Programas que apoyen a las comunidades para aumentar su producción de alimentos y su autosuficiencia. Sí, se necesitan programas de largo plazo, pero en este momento, se necesitan programas de emergencia.

Usted dirige el programa de alimentación escolar que además es un canal para evitar la deserción.

Sí, es una de las formas principales para atraer a los niños a las escuelas, para que se mantengan y puedan progresar en sus estudios. Quienes más se benefician son los niños de hogares más pobres porque, en muchos casos, para muchos es el único alimento que reciben al día.

¿Hay impacto de género?

Sí. Este programa tiene un impacto específico en las niñas porque son a quienes los hogares más rápido las retiran de la escuela, sobre todo cuando son adolescentes.

Hay un índice muy alto en muchos países de matrimonio y embarazo adolescente, de abuso a niñas, pero la escuela es un ambiente protector. Estos programas de alimentación escolar ayudan a mantenerlas en la escuela. Son programas poderosos.

¿Cuál es su postura sobre la reapertura de las escuelas?

Nos preocupa que haya una generación entera de niños que no vuelva a la escuela. Nos preocupa el efecto que ha tenido la pandemia en los sistemas educativos, el cierre durante meses de escuelas. Lo que estamos haciendo es trabajando con los gobiernos para ver cómo se pueden abrir los sistemas de manera sana y segura.

¿Cómo mira el trabajo de alimentación escolar de Ecuador?

Hay una experiencia muy interesante, sobre todo en provincias del norte (Imbabura, Carchi, Sucumbíos) donde hemos apoyado a gobiernos locales a implementar un modelo que conecta la alimentación escolar con la producción de pequeños productores.

¿Qué impacto tiene socialmente no contar con estos programas?

Para medir el impacto que tiene la inversión en la infancia hay un modelo del Banco Mundial (BM) que dice: si los países invirtieran en la salud, la educación y la nutrición de una generación de todos los niños del país, la productividad podría subir.

Por ejemplo, si en los países de África se invirtiera más en la infancia, el PIB per cápita podría ser 2,5 veces mayor.

¿Y como sociedad qué podemos hacer para reducir el hambre?

Una de las primeras cosas que todos debemos hacer es pensar cómo ayudar a que se desperdicien menos alimentos. Una de las cosas principales es tener más conciencia sobre la cantidad de alimentos que compramos.

Y segundo, sobre todo en los hogares que tienen niños pequeños alimentarlos correctamente, llevarlos a controles de salud. Y, apoyar a la producción local. A productores de barrio.

PMA trabaja más de 60 años por la erradicación del hambre

Según cifras del Instituto Ecuatoriano de Estadísticas y Censos (INEC), 325.000 niños y niñas tienen desnutrición crónica en Ecuador.

Hambre en Ecuador

Desde la Vicepresidencia se han identificado seis cantones donde los índices de desnutrición infantil superan la media nacional: 23%.

Santa Elena, La Libertad, Taisha, Arajuno, Guaranda y Guamote agrupan a 127 mil familias y 34 mil niños menores de 5 años que padecen hambre.