Decreto 883

EDUARDO VARGAS SALAZAR

Después del diálogo mantenido entre el Ejecutivo y la CONAIE, volvemos de a poco a la normalidad en nuestras actividades cotidianas, sin embargo, podemos manifestar que se reabrieron viejas heridas de los años 90s que parecían estar sanadas; pues reapareció el separatismo, regionalismo, cuatrerismo; sumándose a esto la aparición de resentidos sociales, oportunistas y avivatos nacionales y extranjeros para hacer de las suyas, valiéndose del tumulto para pescar a rio revuelto; y lo peor de todo en el ámbito cantonal, a alguien se le ocurrió, capturar a la Primera Autoridad de nuestra ciudad, se asemejándose al drama histórico de Tutsis y Hutus en el Congo, uno de los eventos más horribles de la historia.

Somos seres humanos pero algunos no lo parecen, entonces ¿ganamos algo? ¿El Estado se hará cargo de las muertes ocasionadas a los indígenas, y el Movimiento Indígena se responsabilizará por los destrozos ocasionados en varias ciudades del país? Lo dudo.

Conocemos que el FMI es parte de la ONU y el Ecuador a pesar de ser un estado laico permitió que la Conferencia Episcopal se entrometiera en un problema netamente de Gobierno, siendo así; los actores no fueron imparciales, a pesar de que los protocolos y la ley de mediación manifiesta que el mediador es un tercero imparcial, entonces…?

El problema real, es el día a día que debe sortear la familia para mantenerse mas no el indígena; ellos, son los únicos que han luchado, hablando y ganado derechos sin la ayuda de ningún grupo político que hoy en día tanto alardeamos. Otra preocupación fue que, Cotopaxi no tuvo una cabeza real, las mayorías de autoridades electas por voto popular y demás brillaron por su ausencia con las debidas excepciones, Cotopaxi no tuvo representación de ninguna esfera. Ojalá tengamos memoria histórica.

Lo rescatable es que el Movimiento Indígena, tiene un nuevo líder como Leonidas Iza quien reorganizó ha dicho grupo: pero voltear la página de este capítulo va hacer difícil.

EDUARDO VARGAS SALAZAR

Después del diálogo mantenido entre el Ejecutivo y la CONAIE, volvemos de a poco a la normalidad en nuestras actividades cotidianas, sin embargo, podemos manifestar que se reabrieron viejas heridas de los años 90s que parecían estar sanadas; pues reapareció el separatismo, regionalismo, cuatrerismo; sumándose a esto la aparición de resentidos sociales, oportunistas y avivatos nacionales y extranjeros para hacer de las suyas, valiéndose del tumulto para pescar a rio revuelto; y lo peor de todo en el ámbito cantonal, a alguien se le ocurrió, capturar a la Primera Autoridad de nuestra ciudad, se asemejándose al drama histórico de Tutsis y Hutus en el Congo, uno de los eventos más horribles de la historia.

Somos seres humanos pero algunos no lo parecen, entonces ¿ganamos algo? ¿El Estado se hará cargo de las muertes ocasionadas a los indígenas, y el Movimiento Indígena se responsabilizará por los destrozos ocasionados en varias ciudades del país? Lo dudo.

Conocemos que el FMI es parte de la ONU y el Ecuador a pesar de ser un estado laico permitió que la Conferencia Episcopal se entrometiera en un problema netamente de Gobierno, siendo así; los actores no fueron imparciales, a pesar de que los protocolos y la ley de mediación manifiesta que el mediador es un tercero imparcial, entonces…?

El problema real, es el día a día que debe sortear la familia para mantenerse mas no el indígena; ellos, son los únicos que han luchado, hablando y ganado derechos sin la ayuda de ningún grupo político que hoy en día tanto alardeamos. Otra preocupación fue que, Cotopaxi no tuvo una cabeza real, las mayorías de autoridades electas por voto popular y demás brillaron por su ausencia con las debidas excepciones, Cotopaxi no tuvo representación de ninguna esfera. Ojalá tengamos memoria histórica.

Lo rescatable es que el Movimiento Indígena, tiene un nuevo líder como Leonidas Iza quien reorganizó ha dicho grupo: pero voltear la página de este capítulo va hacer difícil.

EDUARDO VARGAS SALAZAR

Después del diálogo mantenido entre el Ejecutivo y la CONAIE, volvemos de a poco a la normalidad en nuestras actividades cotidianas, sin embargo, podemos manifestar que se reabrieron viejas heridas de los años 90s que parecían estar sanadas; pues reapareció el separatismo, regionalismo, cuatrerismo; sumándose a esto la aparición de resentidos sociales, oportunistas y avivatos nacionales y extranjeros para hacer de las suyas, valiéndose del tumulto para pescar a rio revuelto; y lo peor de todo en el ámbito cantonal, a alguien se le ocurrió, capturar a la Primera Autoridad de nuestra ciudad, se asemejándose al drama histórico de Tutsis y Hutus en el Congo, uno de los eventos más horribles de la historia.

Somos seres humanos pero algunos no lo parecen, entonces ¿ganamos algo? ¿El Estado se hará cargo de las muertes ocasionadas a los indígenas, y el Movimiento Indígena se responsabilizará por los destrozos ocasionados en varias ciudades del país? Lo dudo.

Conocemos que el FMI es parte de la ONU y el Ecuador a pesar de ser un estado laico permitió que la Conferencia Episcopal se entrometiera en un problema netamente de Gobierno, siendo así; los actores no fueron imparciales, a pesar de que los protocolos y la ley de mediación manifiesta que el mediador es un tercero imparcial, entonces…?

El problema real, es el día a día que debe sortear la familia para mantenerse mas no el indígena; ellos, son los únicos que han luchado, hablando y ganado derechos sin la ayuda de ningún grupo político que hoy en día tanto alardeamos. Otra preocupación fue que, Cotopaxi no tuvo una cabeza real, las mayorías de autoridades electas por voto popular y demás brillaron por su ausencia con las debidas excepciones, Cotopaxi no tuvo representación de ninguna esfera. Ojalá tengamos memoria histórica.

Lo rescatable es que el Movimiento Indígena, tiene un nuevo líder como Leonidas Iza quien reorganizó ha dicho grupo: pero voltear la página de este capítulo va hacer difícil.

EDUARDO VARGAS SALAZAR

Después del diálogo mantenido entre el Ejecutivo y la CONAIE, volvemos de a poco a la normalidad en nuestras actividades cotidianas, sin embargo, podemos manifestar que se reabrieron viejas heridas de los años 90s que parecían estar sanadas; pues reapareció el separatismo, regionalismo, cuatrerismo; sumándose a esto la aparición de resentidos sociales, oportunistas y avivatos nacionales y extranjeros para hacer de las suyas, valiéndose del tumulto para pescar a rio revuelto; y lo peor de todo en el ámbito cantonal, a alguien se le ocurrió, capturar a la Primera Autoridad de nuestra ciudad, se asemejándose al drama histórico de Tutsis y Hutus en el Congo, uno de los eventos más horribles de la historia.

Somos seres humanos pero algunos no lo parecen, entonces ¿ganamos algo? ¿El Estado se hará cargo de las muertes ocasionadas a los indígenas, y el Movimiento Indígena se responsabilizará por los destrozos ocasionados en varias ciudades del país? Lo dudo.

Conocemos que el FMI es parte de la ONU y el Ecuador a pesar de ser un estado laico permitió que la Conferencia Episcopal se entrometiera en un problema netamente de Gobierno, siendo así; los actores no fueron imparciales, a pesar de que los protocolos y la ley de mediación manifiesta que el mediador es un tercero imparcial, entonces…?

El problema real, es el día a día que debe sortear la familia para mantenerse mas no el indígena; ellos, son los únicos que han luchado, hablando y ganado derechos sin la ayuda de ningún grupo político que hoy en día tanto alardeamos. Otra preocupación fue que, Cotopaxi no tuvo una cabeza real, las mayorías de autoridades electas por voto popular y demás brillaron por su ausencia con las debidas excepciones, Cotopaxi no tuvo representación de ninguna esfera. Ojalá tengamos memoria histórica.

Lo rescatable es que el Movimiento Indígena, tiene un nuevo líder como Leonidas Iza quien reorganizó ha dicho grupo: pero voltear la página de este capítulo va hacer difícil.