Gestión de Riesgos

CARLOS VIVAS ARMAS

La semana anterior se desarrolló un simulacro por posible erupción del volcán Cotopaxi, con resultados preocupantes debido a situaciones que pudieron visualizarse claramente como son las falencias en organización, desarrollo y cumplimiento de objetivos por los que se ejecuta una acción como ésta, así como la indiferencia y apatía observada en la ciudadanía, especialmente del sector urbano del cantón.

Debería interesar a las autoridades la incorporación de la gestión para la reducción del riesgo de desastres en el proceso de desarrollo de las comunidades que se encuentran bajo la influencia de factores de riesgo como son las amenazas naturales y antrópicas y que en este caso puntual se trata de una erupción volcánica.

Una primera fase de esta gestión, se refiere a las actividades que deben cumplirse antes de que el desastre ocurra, como son: La prevención, que trata de evitar o impedir la ocurrencia de daños mediante la eliminación de la amenaza y/o vulnerabilidad; la atenuación de posibles daños, interviniendo en uno de los dos factores mencionados y la planificación de la respuesta, que incluye el conjunto de medidas que permitirían reducir al máximo los daños y pérdidas de vidas, a través de una organización oportuna y adecuada de una eventual respuesta previo a la ocurrencia de un desastre.

Para esto, se necesita conocer las amenazas y vulnerabilidades a las que se encuentra expuesto un municipio, lo que permitirá el planteamiento de soluciones permanentes a las causas de fondo que generan el riesgo y no sólo a los efectos negativos de los desastres en la sociedad, siendo necesaria una planificación que genere y promueva las condiciones para que las comunidades surjan, de ahí la importancia de estos simulacros, siempre y cuando sean ejecutados apropiadamente.