Esteban Enderica, 'el Mago' ecuatoriano de las aguas abiertas

El menor de cuatro hermanos forma parte de una saga de campeones que han llevado el nombre de la natación ecuatoriana muy lejos.
El menor de cuatro hermanos forma parte de una saga de campeones que han llevado el nombre de la natación ecuatoriana muy lejos.

Quito, EFE

La pasión por la natación comenzó a temprana edad para el ecuatoriano Esteban Enderica, quien llegó a ser conocido como ‘el Mago’ de las cartas, por su afición a los trucos de magia, y ahora se perfila como figura internacional de las aguas abiertas.

Nacido hace 28 años en la provincia de Azuay, Enderica dijo que en los primeros campeonatos internacionales en los que participó sus rivales le conocían más por su faceta de ilusionista que por la de deportista. Por esto decidió olvidarse «un poquito de la magia» para que le reconocieran como un competidor más.

El menor de cuatro hermanos forma parte de una saga de campeones que han llevado el nombre de la natación ecuatoriana muy lejos. No es exagerado decir que Enderica prácticamente nació en una piscina, pues sus hermanos mayores, con los que se lleva once y nueve años, para entonces competían en torneos infantiles y juveniles.

Recordó que los Sudamericanos de Cuenca de 1998 le marcaron por el ambiente competitivo, la cantidad de deportistas y «una piscina a punto de colapsar por la gente que quería entrar y alentar a su país».

Y aunque tuvo un aprendizaje distinto al de sus hermanos, pues de pequeño tenía miedo al agua y al crecer se volvió más rebelde, en la adolescencia un entrenador le cambió la mentalidad, y de paso la vida, al cuestionarle qué quería ser en el futuro.

«A los 15 años, un entrenador me dijo: ‘¿Sabes qué, Esteban? Yo sé que tienes talento, sé que has hecho oídos sordos a esa gente que te dice que no vas a ser como tus hermanos», recordó.

El técnico comentó que podía hacerle campeón pero que la decisión era suya: «Esto está en ti. Si tú quieres hacerlo, lo vamos a lograr», le aseguró. Y así comenzó la historia de éxito que, en la actualidad, le convierte en uno de los mejores nadadores en aguas abiertas del continente: oro con récord de campeonatos en los Juegos Sudamericanos y Bolivarianos, medallista de plata y bronce en los mundiales de México y China en 2015 y bronce en los Juegos Panamericanos de Toronto.

La mayoría de esos triunfos los consiguió en la modalidad de aguas abiertas, aunque el azuayo también participa en la natación en línea, que ha ido dejando de lado para centrarse en la que, tanto él como sus entrenadores, consideran que les da mejores resultados.

Aunque admitió que su modalidad es «un poco más dura» porque «estás con 80 personas que te golpean, que están ahí sacándote el aire, y son dos horas de competencia», es la que más le gusta por las victorias alcanzadas. Apenas en 2017 una lesión en el hombro le dejó al margen durante prácticamente toda la temporada. No obstante fue un año «lleno de aprendizaje» que le sirvió «para volver con más fuerzas».

«Claro que me he cansado, claro que ha sido difícil, y fue mucho más difícil cuando tuve esa lesión en el hombro y la posterior recuperación, pero nunca pensé en retirarme», admitió. Enderica se define como una persona tranquila, que gusta de pasar tiempo con su familia y disfrutar de las pequeñas cosas de la vida, como ir al cine o hacerle trucos de magia a sus amigos y parientes.

Además, le encantan los niños y espera tener hijos que puedan llegar a ser deportistas como él para «apoyarles al ciento por ciento como siempre» lo han hecho sus padres. Y aunque reconoció que muchas veces se pierde «muchos cumpleaños, muchos eventos», dijo que sería «gratificante» que sus allegados comprendieran que así es la vida del deportista y no le juzgaran por ello.

Citó a su hermano Juan Fernando, que estuvo a punto de perderse el nacimiento de uno de sus hijos por estar compitiendo, antes de volver a zambullirse en la piscina en la que se prepara para superar las olas del litoral limeño.