Nada nuevo hay bajo el sol

La guerra comercial entre Estados Unidos y China tiene al resto del mundo en ascuas. Se disparan los precios de las materias primas un día y al otro caen estrepitosamente. El vaivén de las bolsas de valores de notorio. El precio del petróleo tiene un futuro impredecible. Son dos locomotoras económicas trabadas en una contienda en la que no serán las principales víctimas.

El detonante ha sido la impredecible política internacional del presidente Donald Trump. Armado de una retórica que siembra más incertidumbres que certezas y con hiperbólicas apreciaciones impropias de un estadista, cree poder obligar a China a reestructurar su comercio exterior y hasta emprender una gigantesca reingeniería de su industria, en virtud de sus exigencias arancelarias.

“Mientras sus líderes contemplan abiertamente cómo afectar o entorpecer sus planes, el resto del mundo se preocupa por no convertirse en el daño colateral de esa guerra comercial”, observa ‘The New York Times’ en un artículo reciente. Los golpes y contragolpes que se propinan ambas potencias van dejando a su alrededor una estela de dramas que, a la vuelta de muy poco tiempo, podrían transformase de costosas tragedias.

La milenaria historia china, en la que hasta los invasores fueron absorbidos por su idiosincrasia y poderosa cultura, tiene ante sí una página semejante a otras bien desmenuzadas por sus estrategas, sus políticos, sus gobernantes y hasta sus filósofos más prominentes. La paciencia y la espera mientras el adversario se desgasta han sido sus armas. Para ellos, nada es nuevo bajo el sol, ni siquiera Donald Trump.


El lenguaje artificioso y la conducta aduladora rara vez acompañan a la virtud”. Confucio Filósofo chino (551 AC-478 AC)

La virtud es el punto medio entre dos vicios opuestos”. Horacio Poeta latino (65 AC-8 AC)