Coche bomba

Kléber Mantilla Cisneros

Lo crudo de vivir de vecinos del narcoterrorismo es que la tranquilidad no es sostenible en el tiempo. El ataque en Bogotá a la policía colombiana, que incluye víctimas ecuatorianas, es otra seña de transición, evolución de actores y movidas despiadadas del azote de la droga. Cancillería y FF.AA tienen que presentar, más que nunca, datos y resultados sobre sus embajadas. Cada vínculo internacional heredado del correísmo.

¿Cómo olvidar el caso ‘narco-valija’ y que nos faltan tres periodistas? ¿Cómo olvidar militares y civiles asesinados por un grupo de narcoterroristas? ¿Cada traficante de armas uniformado y las toneladas de droga capturadas? ¿La desbordante liquidez durante una década de dispendio y lujuria? ¿Las lavanderías de dinero a ciegas?

Pero, ¿los acuerdos firmados en el exterior a quién mismo benefician? ¿Por qué con China y Rusia y no Europa? Lo que sí, parece es que heredamos unidades de propaganda sin rumbo con gente sin idea de diplomacia, acostumbrada a buscar y acumular ‘honoris causa’ para exaltar la figura de un gobernante pero sin exponer listados de viajeros, entradas y salidas, costos y detalles. Ni registro de rutas para el saqueo ni los vuelos de aviones presidenciales o de avionetas y submarinos hallados, el contrabando de armas, pertrechos, permisos, lo declarado por Joaquín el ‘Chapo’ Guzmán, el más grande narco a la DEA.

Así, la devolución de Tomislav Topic y las transferencias de Odebrecht confirma miedo y estupidez; pero, además, cortinas de humo. Tanto para descubrir la supuesta tecnología aeroespacial negociada con los rusos durante el correato, como los préstamos misteriosos de China. ¿Cómo olvidar al astronauta guayaquileño que lanzó un juguete satelital para recrear la fábula del socialismo del siglo XXI? ¿Cómo tapar a esas universidades chuecas, Yachay o la Universidad de Guayaquil diseñadas para negociar títulos falsos-según dice la Contraloría actual? ¿Clientelismo y una pésima educación heredada? ¿Por qué se oculta a René Ramírez? ¿No es suficiente una justicia amañada y corrupta? ¿Un Estado recaudador y torpe?

Cuesta mucho entender que el consumo de droga en jóvenes y la era de las clínicas clandestinas, es apenas una mancha más del tigre. Peor cuando la diplomacia y educación mal conducidas se juntan y explotan más duro que un coche bomba.

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