Monigotes llegan a las calles y plazas de Latacunga

Creatividad. Hay varios modelos que se exponen en las calles de la ciudad.
Creatividad. Hay varios modelos que se exponen en las calles de la ciudad.

No importa la edad, la clase social o el género, a la hora de cumplir tradiciones de fin de año el monigote es una de las cábalas que no puede faltar en los hogares ecuatorianos para despedir al año que se va.

Desde ayer las calles, locales y ferias ya tienen varios modelos que representan los iconos del 2019 con motivos políticos, infantiles y de televisión, los que más se buscan son el presidente Lenin Moreno, Jorge Glas, María Alejandra Vicuña, y Otto Sonnenholzner.

Luz Jaque, se dedica a la elaboración de monigotes de todo tipo desde hace 15 años, asegura que con el tiempo existe mayor perfeccionamiento de los modelos pues ahora se busca más los de cartón, “estos requieren de más experticia y tiempo, pero contaminan menos pues se consumen más rápido y así no se usa ropa o madera”.

Jaque se ubica todos los años en la avenida Unidad Nacional que es una de las más transitadas en esta temporada, “en estos días ya ha aumentado la venta de los monigotes, se llevan de varios precios y modelos”.

Para los niños también hay varias figuras como los personajes de la película Coco, superhéroes, El Chavo, Pinki y Cerebro, la Guerra de las Galaxias y otros.

Los precios varían desde los tres dólares en adelante en los tradicionales de aserrín y los de cartón pueden costar de 5 hasta los 80 dólares pues se realizan distintas figuras de tamaños y colores que miden hasta dos metros y medio.

Luz elabora los monigotes cada año y empieza el moldeo de las figuras desde junio, después se da el proceso de secado y la pintura, “es un trabajo que lo realizo con mi familia, pues siempre nos ha gustado esta fecha”.

Por su parte Galo Pichucho, quien se ubica en el puente Benjamín Terán con los monigotes tradicionales de papel y aserrín, comunicó que la venta no ha sido tan buena este año, sin embargo espera que con los días logre vender todos los monigotes, “ahorita dispongo de 85 monigotes”.

Cada uno se vende en distintos precios desde los 3 hasta los 7 dólares dependiendo el tamaño, comentó que estos todavía tienen acogida pues muchas personas hacen personajes de la política o de la casa, y luego solo les colocan la careta y la ropa.

Historia

Según la página oficial del Ministerio de Turismo en 1895, la amenaza de una fiebre amarilla para los habitantes de la porteña ciudad de Guayaquil fue el inicio de la tradicional costumbre de quemar al “año viejo”, un monigote elaborado con aserrín, papel, ropa vieja, entre otros elementos, que dan el paso a la creatividad, el buen humor y los buenos deseos que se funden en un abrazo con familiares, amigos y vecinos a las cero horas del 31 de diciembre de cada año.

Datos históricos señalan que en aquella época, la población de Guayaquil se vio amenazada por un brote de fiebre amarilla por lo que, como medida de protección sanitaria, se recomendó confeccionar ramadas y monigotes de paja con los vestidos de los parientes que habían fallecido. Estos eran colocados en la vía pública el último día del año y a las cero horas se los quemaba, a fin de ahuyentar la peste y con la esperanza de dejar atrás todo lo malo.

Con el pasar del tiempo se ha ido modificando esta tradición en todo el país hasta convertirse hoy en una fiesta de gran humor, algarabía y picardía. (NA)