No más carteles

Escuché a una señora venezolana quejarse de cómo somos de ingenuos al regalar dinero a “esa gente que está bien sana y muy bien puede trabajar”, refiriéndose a quienes exhiben carteles en las calles. Si al trabajo digno, que además enseña a los menores, propios y de extraños, algunos de los cuales muy probablemente emularían sus conductas. ¿Cómo dotar de trabajo digno a botafuegos, limpiavidrios y estupendos artistas de tantas intersecciones semafóricas en Quito que quizás sin proponérselo, por la acuciante necesidad, generan también acoso y chantaje emocional? ¿Por qué no se promueven programas de inclusión como los del Muchacho (y por qué no adulto) Trabajador que tan bien lo desarrollan los jesuitas?

Diego Valdivieso Anda
CI: 0800530792