Bonitos

CARLOS VIVAS ARMAS

De gana les hablábamos a los pobres chinitos, solo porque los revolucionarios nos hicieron creer que con los créditos otorgados, se produciría el ansiado y milagroso cambio de la matriz productiva y se incrementarían las capacidades productivas del país, siempre y cuando se contrate compañías chinas para la ejecución de las obras, las mismas que venían trayendo inclusive sus propios equipos administrativos y de trabajadores.

Hemos sido malintencionados, ya que según los mal pensados, se calificó a las extensas comitivas que viajaban a la China, únicamente como paseos de burócratas que iban con el cachito de gestionar empréstitos, para financiar proyectos quiméricos como la mayor refinería del continente, o la universidad que se instalaría en terrenos agrícolas muy productivos pero “desaprovechados por los campesinos”, para hacerle la competencia a Silicon Valley.

Malévolos, porque confundimos los propósitos de los préstamos concedidos para la reconstrucción de la hermana provincia de Manabí, pensando que iban a ser desviados, ya que las tres cuartas partes eran de libre disponibilidad y la cuarta parte restante se entregaría siempre y cuando los proyectos sean ejecutados por empresas del país asiático, sin convocatorias a concursos públicos.

Seguramente tendremos que examinar nuestros ojos, ya que por ningún lado aparecen las Zonas Industriales y Zonas Especiales de Desarrollo Económico, que los orientales se comprometieron a apoyar, a través de fondos de inversión.
Ahora, se está preparando otra visita al señor Xi Jinping, para pedirle una ayudita económica que servirá para completar la proforma presupuestaria y pagar los intereses de lo que les adeudamos, con esto, a juicio del gobierno actual y siguiendo con los refranes, “A un hombre rico, no repares si es feo o bonito”.