Paulina Coronel Páez
Bochornosa para unos, e indignante para otros, resultó la participación del Ministro de Cultura y Patrimonio, Raúl Pérez Torres, en la Feria del Libro de Montevideo (Uruguay), realizada en días pasados. Su ponencia llevó el título de “Breves apuntes sobre la literatura ecuatoriana”. Molestó porque en su discurso excluyó a referentes culturales de las últimas décadas. Se quedó en los años 70; y además, omitió a las escritoras ecuatorianas.
Unas 150 personas, entre gestores culturales, escritores y gente vinculada a la cultura firmaron una carta pública de rechazo a dicha participación. En la que se añade, que el mismo discurso ha sido utilizado por más de seis ocasiones, “lo que pone en evidencia una miopía intelectual que nos parece terrible”, expresan los firmantes. El reclamo circuló en los medios de comunicación y en las redes sociales. Y aunque pidió disculpas, con el argumento de que “es su punto de vista sobre la literatura ecuatoriana desde el último cuarto de siglo XIX”; las críticas no paran.
Y no es la primera vez en que Pérez Torres, se enfrenta a la crítica de su medio. Como que ya es hora de que ponga su renuncia o de que el presidente Lenin Moreno se la pida. Una renovación, refrescaría ese Ministerio y lo pondría a la altura de los requerimientos culturales de este tiempo. Gente valiosa puede colaborar, para que la burocracia no gane espacio en un ambiente, en el que la autenticidad y los talentos deben primar por sobre el papeleo.
Por cierto, qué pasará en Cotopaxi, con el tema de la Cultura, impulsada desde este Ministerio. Son necesarios recursos y apoyo para los proyectos culturales, para motivar a quienes se dedican a las artes; para su capacitación, para que el conjunto de la población valore y entienda la necesidad de interactuar con las diferentes aristas del quehacer cultural.