En la actualidad los derechos sexuales y reproductivos van a la par con los derechos humanos. “Para que estos puedan ser ejercidos por niños y adolescentes existe algo fundamental que es la educación sexual impartida desde el hogar o las instituciones educativas”, manifestó Maritza Salazar, directora de Desarrollo Social del Gobierno provincial de Cotopaxi. Sin embargo añadió que no siempre en estas instancias imparten la educación necesaria para que los niños estén al tanto de cómo deben reaccionar a una agresión de carácter sexual y esto genera temor y muchas veces al contarlo a sus padres no tiene el apoyo adecuado.
Es por esto que a nivel provincial se cumple un ciclo de capacitaciones en el que se visitan las parroquias y se imparten herramientas para que los niños se protejan y sepan como reaccionar.
En el 2017 ya se trabajó en 15 parroquias rurales de Cotopaxi y este año se busca llegar a las 15 restantes, para lo que se capacita a los presidentes de Gobiernos Parroquiales de Pujilí, Saquisilí, Sigchos, Pangua y La Maná, siendo estos últimos tres en los que más problemas se registran y en los que aún existe resistencia de los padres para hablar con los hijos de estos temas, puntualizó Salazar.
Eugenia Vega, psicóloga educativa, explicó que para los padres es más difícil hablar de sexualidad que para los hijos, lo que termina generando un problema en los niños y prefieren dejar el tema y viéndolo como algo prohibido o negativo.
En Ecuador, un 37% de niños y adolescentes de cinco a 17 años admitieron que tienen muy poca confianza para hablar con sus padres sobre sexualidad, según un informe de Unicef. Esto genera inconvenientes como que el 60% de embarazos de niñas de 10 a 14 años son por abuso sexual.
“La educación sexual nos enseña no solo sobre sexo, sino del amor propio, respetarnos, cuidar nuestro cuerpo, dejar atrás mitos e ideas machistas y mejorar el autoestima de los niños”, agregó Vega.
Las capacitaciones se imparten a través de los concejos de protección de derechos con técnicos y psicólogos bajo la modalidad ‘Cuerpo, cuerpito mío’, la que es parte del proyecto de Plan Internacional, y busca que los niños conozcan sus partes intimas y los cuidados que deben tener. Salazar explicó que los talleres duran cuatro días en cada parroquia y se cumplen cada semana, hasta el momento han tenido buenos resultados pues los niños son curiosos y quieren conocer sobre el tema, además los padres de familia aprenden que esto debe ser visto como educación y no como algo malo.
“Considero que todas estas enseñanzas deberían de ser importancia para todos los centros educativos, pues prepara y empodera a los niños, en lugar de hacerlos sentir culpables y exponerlos al peligro de una vida sexual llena de riesgos”, comunicó Vega. (NA)