La Virgen de La Merced recibió su homenaje con misa y baile

Durante una hora y media los devotos de la Virgen de La Merced le rindieron honores a la Patrona del Volcán.

En una tarima llena de flores se colocó la imagen de la Virgen de La Merced, que fue custodiada por los militares de la Brigada de Fuerzas Especiales Patria. Con la presencia del obispo de la Diócesis de Latacunga, Giovanni Paz, y los sacerdotes mercedarios se realizó la misa en su honor.

Las autoridades civiles, militares, policiales y los fieles devotos se juntaron para escuchar la misa, que duró más de una hora.

El amor de María en la advocación de la Virgen de La Merced fue el mensaje central del Obispo, quien reflejó la situación actual que vive Latacunga con un centro carcelario que tiene a más de 5 mil personas detenidas en hacinamiento, la migración del campo a la ciudad, el consumo de licor y de drogas que afecta, especialmente a la juventud y la violencia intrafamiliar.

Habló de estos temas para referirse a la misericordia, que significa vivir el amor y el perdón.

“Es necesario que en todas las familias se fortalezca el amor y el perdón y se reconozca la fortaleza de las madres, la valentía de la mujer”, dijo.

Destacó que solo con el amor y el perdón se puede procurar un mundo más justo, “la fe es acción concreta a favor del hermano que sufre, no es solo misas y procesiones o actos culturales y folclóricos”.

Añadió que el amor y la misericordia se reflejan a favor de los más necesitados.

Lilia María Barriga, una mujer que pasa de los 80 años, acudió como lo hace cada año, hace 26 años, con su canasto de palomas. “Que viva la madre del cielo, que viva la madre del volcán, que viva la Virgen de La Merced”, gritaba y lanzaba una paloma en cada pausa que se hacía durante la celebración eucarística.

El agradecimiento a la Virgen se evidenció en las lágrimas de los devotos, que de rodillas agradecían por todos los favores recibidos y además pedían que derrame bendiciones para otro años más.

Leonor Chicaiza tiene 85 años, es miembro de la Asociación de Vivanderas del Mercado Pichincha, lleva 49 años en la organización de la fiesta en honor a la Virgen de La Merced, por todas las bendiciones que le ha concedido, especialmente relacionadas a su salud.

En este año donó el personaje de Mama Negra, su nieta es Ángel de la Estrella y además se encargó de la comparsa de la yumbada.

Luis Chacón, cumplió 12 años representando a la Mama Negra de la Asociación de Devotos y Donantes, considera que es una responsabilidad muy grande, porque significa mantener la cultura y la tradición.

“Cada año se le pide bendiciones a la Virgen, la salud, la vida que es lo más importante y ella ha cumplido conmigo y mi familia; por lo que seré Mama Negra hasta cuando ella me dé salud y vida”, dijo.

David Yugcha, es un niño que en este año fue el embajador de la fiesta. Ya lleva tres años con este personaje, dice que se siente muy emocionado de rendirle honores a la Virgen y que le agradece todos los días por su familia.

Naomi Mayo, a sus 8 años se vistió de Ángel de la Estrella, toda su familia son devotos de la Santísima y ella asumió esta representación con mucho orgullo, dice que inicia su camino para agradecerle a la Virgen por las bendiciones que cada año reciben.

El superior del convento de La Merced, Washington Salvador, explicó que la Virgen es la ‘Generalísima de las Fuerzas Armadas’, es la patrona, por lo que en este año fue el turno del Ejército rendir los honores correspondientes. El Comandante de la Brigada Patria, Ronier Ramírez, fue el encargado de ponerle la corona y su esposa el rosario, a la ‘Patrona del Volcán’.

La misa concluyó con la bendición a los fieles y luego vino la procesión por las calles céntricas de la ciudad.

Mama Negra

En la tarde, las vivanderas y la Asociación de Devotos y Donantes recorrieron las calles de la ciudad con el tradicional desfile de la Mama Negra. Al compás de las canciones ‘Cuchara de Palo’ y ‘Soldado de Cristo’ las comparsas y todos los personajes de la fiesta así como los priostes, bailaron para la Virgen.

Los asistentes disfrutaron de las tradicionales loas y del ‘champús’, Las camisonas abrían paso para que las comparsas bailen y deleiten a los asistentes.

La celebración del segundo día, terminó en la noche, en La Merced. (VHG)