Cayó banda que estafaba a empresas

OPERATIVO. Parte de las evidencias encontradas.
OPERATIVO. Parte de las evidencias encontradas.

QUITO

Ocho personas que presuntamente integraban una organización de estafadores fueron detenidos en Quito. Luego de tres meses de investigaciones, la Subdirección de Inteligencia Antidelincuencial (UIAN) allanó cinco inmuebles, entre ellos las bodegas donde se ocultaban los vehículos obtenidos supuestamente en base a estafas.

El presunto líder de la organización, identificado como Andrés L., fue aprehendido mientras dormía en una casa situada en la parroquia de Conocoto, suroriente de Quito, en el valle de Los Chillos.

De acuerdo con las indagaciones, el joven con apenas 22 años conformó toda una red criminal dedicada al obtener vehículos nuevos y usados a cambio de ínfimas sumas de dinero.

El teniente coronel Juan Carlos Guarderas, jefe de la UIAN, explicó que se detectó una nueva modalidad de estafa en que se utilizan los cajeros automáticos multiservicios con los que cuentan algunas instituciones financieras y que permiten hacer depósitos con cheques.

Uno de los objetivos de esta organización eran las empresas concesionarias de vehículos. En uno de esos negocios obtuvieron 15 automotores entre nuevos y usados, todos de alta gama.

Según Guarderas, solo en este caso hubo un perjuicio de aproximadamente 332.130 dólares.

La trampa

Según las investigaciones, esta banda trabajaba en tres grupos. El primero era el equipo de inteligencia, el segundo acudía a las casas automotrices para hacer la compra del automotor, mientras que el tercero se encargaba de hacer los depósitos en los cajeros.

El engaño consistía en pagar el costo del vehículo con un cheque fijado con un valor menor al precio real del carro.

Por ejemplo, si un automotor costaba 40.000 dólares, el deposito se hacía con un cheque de 150 o 200 dólares, pero los delincuentes digitaban en el cajero el valor real de los carros. El comprobante de la transacción salía con este último rubro y era presentado ante el asesor comercial del concesionario que terminaba por cerrar su venta.

Para los representantes de estas empresas era complicado darse cuenta de la estafa, pues el supuesto pago digitado en el cajero aparecía en los estados de cuenta de los afectados.

Más estafas

Según Guarderas, una vez hecha la entrega de los vehículos, estos eran comercializados en ferias de compra y venta de carros.

Quienes adquirían los automotores también resultaron afectados.
El jefe policial indicó que durante el operativo se hallaron ocho de los vehículos obtenidos bajo esta modalidad, seis de ellos ya habían sido vendidos a personas que se quedaron sin su dinero y sin el vehículo.

Seis individuos fueron capturados en Quito, una en Manta y otra en Guayaquil.
Todos los detenidos fueron puestos a órdenes de las autoridades de justicia. (FLC)