Huracanes devastadores

LUIS REINOSO GARZÓN

No hay duda que todo este fenómeno destructivo, es causado por la imprudente actividad humana que ha depredado los recursos de la Naturaleza, ha destruido los ecosistemas protectores, ha invadido áreas vulnerables, sobre todo ha contaminado el aire, los lagos, ríos, vertientes, cursos de agua, ha quemado combustibles fósiles en cantidades inimaginables causantes del calentamiento del Planeta.

Los huracanes son las tormentas más grandes y violentas de la Tierra; las personas llaman a estos fenómenos con distintos nombres como tifones o ciclones según el lugar donde se producen. El término científico para todas estas tormentas es ciclón tropical. Sólo los ciclones tropicales que se forman sobre el Océano Atlántico y el Pacífico oriental se llaman huracanes. Como sea que se les llamen, todos los ciclones tropicales se forman de la misma manera. Estas tormentas se originan en los océanos, generalmente a finales del verano.

Para su gestación requieren tres factores: que la temperatura del agua sea superior a 28° C, para que se produzca su evaporación y condensación en capas superiores; que la evaporación genere un centro de baja presión y, que los vientos alisios aporten aire frío en las capas altas de la atmósfera. A medida que la tormenta se desplaza sobre el océano, va atrayendo más aire húmedo y cálido; la velocidad del viento aumenta a medida que el aire es absorbido por el centro de baja presión; pueden pasar horas o varios días hasta que la depresión se convierte en huracán.

Con el cambio climático los huracanes ahora son más frecuentes y han aumentado a categoría máxima y por consiguiente su poder destructivo amenaza la vida y los bienes, convirtiéndose en un tema de mayor importancia para los pueblos y gobiernos de la áreas afectadas; además existe una dolorosa evidencia científica sobre la incidencia del cambio climático.