El trabajo de lustrabotas ayuda en el sustento de los hogares, muchos lo realizan desde niños.
“Ningún trabajo es denigrante por más fácil que sea”, es la frase con la que Sergio Medina, inicia un diálogo con este diario, explicó que el trabajo en cualquier ámbito que se lo realice, debe realizarcelo porque le gusta a una persona no por la necesidad o por obligación.
Sergio Medina, trabaja desde los siete años, recuerda que madrugaba a las 06:00 todos los días al Camal Municipal y se limpiaba los zapatos hasta las 08:00, luego iba apurado a la escuela Simón Bolívar a estudiar, lo que trabajaba en dos horas le servía para las colaciones.
Dijo que su vida a estado ligada al trabajo, ya que limpiaba zapatos, después vendía periódicos los que comercializaba al mediodía y a las cinco de la tarde. Ha hecho de todo para sustentar los gastos.
Explicó que donde era antes el Camal Municipal había un baño donde le permitieron ponerse a trabajar, ayudaba a bajar el ganado que llegaba para la faena. Recuerda que en sus momentos libres jugaba con sus amigos y les llamaba la atención como se llenaba la plaza los días de feria.
De los amigos que tuvo en su niñez, con algunos de ellos aun comparte su amistad y le han apoyado en los momentos difíciles que ha pasado, aunque también han estado en sus triunfos y alegrías.
Entre las autoridades a las que les ha limpiado los zapatos están el prefecto, Jorge Guamán y su esposa, a la viceprefecta, Silvia Bravo, quien es la hija de Milton Bravo, su profesor de primaria, entre otras personalidades. Fue enfático en decir que les ha atendido como a todas las personas.
Expresó que le gusta lo que hace, ya que, le ayudado a tener grandes amistades, y lo que le alienta a seguir cada día es que sus clientes están satisfechos del trabajo que hace, razón por la cual aunque ha estudiado, sigue a diario dándole brillo a los zapatos, para que la gente tenga una mejor imagen. (MCH)
Todos somos importantes
A criterio de Sergio Medina, lo que ha aprendido en los años que realiza su trabajo, es que todas las personas son importantes.
“Lo que hace la diferencia es el trabajo que realizan, más no el titulo o el cargo que ostenten, la humildad es lo que permite dejar huellas en las personas”, expresó.
Al ser una persona sociable y conversar con sus clientes sobre los problemas que existen en el país o en la ciudad. Esto le ha permitido hacer lasos de amistad con gente de todos los estratos sociales que a diario acuden donde él, desde indígenas, gente de campo, de la mediana y alta sociedad.
La transformación de El Salto
Durante los 40 años que trabaja dijo que todo ha cambiado, ya que cuando tenía siete años, en lo que hoy es El Salto funcionaba el Camal Municipal, después construyeron las plazas, de ahí edificaron el Mercado Cerrado; sin embargo, existía el problema de la recolección de basura.
Dijo que las cosas que había antes se debían mantener, ya que son los testigos del cambio de la ciudad, recuerda que había un parque con piscinas donde chicos y grandes se divertían.
El último cambio del que fue testigo, es la regeneración urbana que se realizó en el sector donde reconstruyeron el Mercado Cerrado, las plazas desaparecieron, se edificó el Centro Comercial Popular y un parque al que no sabe que uso le dan.