Lord Gangotena

Si la Universidad San Francisco es Howards, Santiago Gangotena sería Voldemort, que busca implantar una tiranía donde solo el dinero te compra derechos. No importa que la revolución francesa haya sido en el siglo XVIII, ni que el voto censitario, se haya abolido en el siglo XIX en el país. Para aquel, que no debe ser nombrado, la propiedad te da derechos sobre los demás y, los pobres son quimeras fantásticas, producto de la imaginación del algún “tarado” socialista, cómo va a haber pobres, si él que sale todos los días de su ciudadela privada al centro comercial, nunca ve uno solo, eso es una mentira del comunismo, para crear odio a los ricos.

Y así, sin pena, ni vergüenza, es fundador de una universidad, centro de debate, pensamiento crítico y donde debería priorizarse la ciencia, en todas sus ramas, sobre los dogmas, el clasismo y la ignorancia manifiesta.

En la Europa de la ilustración que tanto seguramente alaba, las élites económicas y peor, las intelectuales, de la cual él se siente voz autorizada y miembro, no llegan a declaraciones tan disparatadas, sacadas de realidad de cuentos de hadas en sus versiones más oscuras.

Si Gangotena, aprecia el prestigio que se ha ganado la universidad vinculada a su nombre, debe retratarse, pedir disculpas, asesorarse, que seguramente hay grandes profesores de derecho y ciencias políticas, que le explicarán, que las primeras conquistas fueron las de los derechos políticos, que luego nos llevaron a los derechos sociales, fue el poder de decisión, el voto, lo primero que reclamamos para el pueblo, de ahí, surgirían luego la educación, la salud, los gobiernos laboristas y de trabajadores que igualaron las condiciones de vida del obrero industrial de la Europa bajo el Estado de bienestar.

A este tipo de personajes públicos y además, con tanta influencia y posibilidad de presión, no se les puede dejar pasar un error, la auto censura y la crítica de la gente, nos hace demócratas.

Para que, de a poco esta gente o prefiera guardar silencio o tenga más lucidez antes de acudir de una a otra entrevista, sin pudor alguno, ante sus expresiones que en un contexto de crisis, recorte y desempleo, son el caldo de cultivo de los extremismos, como las ultra derechas, nacionalistas y reaccionarias.

Giuseppe Cabrera