Inmadurez y botín político

El ser humano, a veces, desde temprana edad se centra en la meditación y logra crecer en edad y juicio; a medida que pasan los años se fortalece y actúa con sensatez y prudencia, se vuelve en sano y buen juicio, aflora la sensatez en base a lo observado y lo vivido. En determinado momento surge el querer ser sin el mayor acercamiento a dilucidar lo concreto, lo cierto, parangonando la realidad de los hechos con las falsas ilusiones aceptando la magancería, hecho palpable en el festín político que enloquece a los incautos y pobres de conciencia y espíritu.

La realidad que nos corresponde vivir en el andamiaje político conlleva a la observación de las personas que adolecen de madurez y pecan de incautos a base de la palabrería barata, muchos no palpan la realidad de lo vivido y las cruentas necesidades que adolecen los compatriotas.

Inmadurez vs. botín político es lo que sobresale en estos momentos que vive el Ecuador, qué pobreza intelectual y de raciocinio se observa en el avatar político y después que no se reclame lo que pudo haber sido, la devolución de lo perdido, cubrir las necesidades con mentiras. El botín político no quiere a nadie sólo a sí mismo.

¿Por qué tantas expresiones llenas de amargura, envidia o frustración? Demuestra los politiqueros revestirse de bajas pasiones y mediocridad. Hay que madurar, conocer la verdadera historia de la actuación politiquera y develar a los traidores y ladrones de la Patria. Hay que saber pensar, meditar, actuar, razonar, razonar, razonar.