Redacción ESPEJO
80 habitantes de la parroquia La Libertad del cantón Espejo, iniciaron una caminata de dos horas, desde el Refugio de la Reserva Ecológica El Ángel, hasta llegar a la Laguna de Potrerillos. Niños, niñas y adolescentes fueron claves es este recorrido que busca preservar el agua y promover la cultura del norte del país.
Durante el recorrido puedieron observar miles de frailejones que se extienden por las montañas, esta especie alcanza su altura máxima de siete metros. Los pajonales están por todo el territorio, además se encuentra romerillo, sigse, achupalla, cerote, chaquilulo, mortiño, entre otros.
Por los senderos se aprecia a simple vista las cuevas de conejos silvestres y rastros sobre la presencia de lobos y osos de anteojos. A una hora de caminata, con un cielo despejado se divisó un curiquingue, que abrió el paso mientras los excursionistas lo observaban. El animal los encantó con su vuelo.
Al llegar al sitio, inició el ritual. “Pedimos permiso al sol, la tierra, el aire, el agua por permitirnos estar en este lugar sagrado. Nuestra misión es cuidar el territorio por el bienestar de las futuras generaciones”, aseveró Hugo Quelal, representante de la comuna ancestral indígena-pasto La Libertad.
Reserva
La Reserva Ecológica El Ángel tiene una extensión de 16 mil 541 hectáreas. 14 guardias ambientales son encargados del cuidado de la zona donde se ubica la Laguna de Potrerillos. Ellos realizan recorridos diarios para prevenir incendios y actividades ilegales como caza, pesca, captura de animales y especies nativas.
“Nuestro deber y compromiso es defender a la naturaleza. Las esponjas de agua son vida y será la mejor herencia para nuestros hijos”, dijo Estela Paspuezán, descendiente la cultura indígena- pasto. La mujer motivó a los niños, niñas y adolescentes a cuidar la reserva, de generación en generación.
Como municipalidad promovemos el turismo y la cultura indígena- pasto. Además, de facilitar el acceso a la información turística a los visitantes, recalcó Arnaldo Cuacés, alcalde de Espejo.