La polémica que rodea al San Pedro ¿droga o medicina?

ALTAR. La botella grande, llena de ‘wachuma’ y otros elementos de uso chamánico para la ceremonia.
ALTAR. La botella grande, llena de ‘wachuma’ y otros elementos de uso chamánico para la ceremonia.

El cactus wachuma o San Pedro fue la causa de la polémica detención de Nicolás Bernal, el viernes anterior, en el aeropuerto de Quito. Según una carta abierta publicada por las asociaciones AyaPuma Samay y Fuoco Sacro, el joven colombocanadiense iba a viajar a Italia a un encuentro de sanación, para el cual portaba 1.785 gramos de polvo de San Pedro.

La planta se utiliza en la región andina en ceremonias religiosas ancestrales y como medicina. Los colectivos han creado una campaña en apoyo a Bernal, quien pertenece a la Native American Church Teokali Quetzalcoatl, de Estados Unidos.

En la legislación nacional, el cultivo y posesión de la especie no está prohibida y se cree que sus efectos psicotrópicos crean una conexión con lo divino, como cuenta el siguiente testimonio.

La planta de las respuestas
Durante el trayecto de Cumbayá al Ilaló, me pregunté varias veces si debía participar en el ritual. Al llegar, caminamos hacia un pequeño círculo que sería testigo de nuestro viaje.

La hoguera estaba encendida y la medicina esperaba. Plumas, un tambor, maracas, una botella grande con un líquido verde, dos frascos: uno con polvo y el otro con algo gelatinoso, frutas y otros elementos estaban regados sobre una manta. Ocho personas conformaron mi familia esa noche. Vladimir Bernal, el ‘moan’ o chamán, bendijo el ritual.

La primera fase, el enraizamiento de la ‘wachuma’, fue un proceso lento. Cuando me di cuenta de que la planta surtía efecto, pude observar cada detalle de la luna, gigante, y percibir la rotación de la tierra. El tercer trago fue el más difícil de tomar, por la amargura del líquido.

Mi primera impresión del polvo de San Pedro fue extraña. Sentía tierra amarga debajo de la lengua. Tuve pocas visiones, solo una muy clara: los colores de la noche se intensificaron.

Mi única noción del tiempo era la posición de la luna. Fue una lucha interna y grupal por encontrar la luz. El ‘moan’ nos dijo que la iluminación no estaba afuera. En cada etapa tuve respuestas a mis preguntas.

LA HORA/LAB

Nombre: Camila Baquero
Universidad San Francisco de Quito