Kasama, la fiesta que celebra un ‘nuevo amanecer’ en Ecuador

Quito, EFE

Kasama, la fiesta más importante de la nacionalidad Tsáchila en Ecuador, celebra este sábado un «nuevo amanecer», que se equipara con el nuevo año de los mestizos y coincide con la celebración católica de la Semana Santa.

Patrimonio cultural inmaterial de Ecuador, la Kasama reúne en un solo sitio a representantes de las siete comunas de la nacionalidad tsáchila para conmemorar el «nuevo día», comentó a Efe Marianella Sánchez Estrada, responsable de la Unidad de Turismo del Municipio de Santo Domingo de los Tsáchilas.

La fiesta comenzó el pasado jueves con actos culturales y demostraciones shamánicas, y en el preámbulo del «nuevo amanecer», anoche hubo la celebración con el ritual del «nepi» (bebida alucinógena), así como reflexiones sobre la espiritualidad y la introspección bajo la guía de los shamanes.

Este sábado, día medular de la celebración, la fiesta inició en la madrugada con baños de purificación, como símbolo de que «comienza el nuevo día», para luego dar paso a una misa, la elección de la Kasama sona (reina) y la degustación de gastronomía típica de la nacionalidad, como la bebida fermentada del «Malá», a base de maíz y caña.

A las danzas y cantos se suman también juegos ancestrales.

«El año nuevo tsachila empieza con la fiesta del Kasama, es la fiesta del nuevo amanecer», dijo al comentar que es una tradición que coincide con el Sábado de Gloria y que los tsachilas consideran es un «momento en el que la naturaleza está predispuesta para brindar la mayor energía».

Conocida históricamente como provincia de Yumbos, Santo Domingo de los Tsáchilas es una de las 24 provincias de Ecuador, forma parte de la región Costa y está en zona de trópico húmedo.

La provincia, que toma su nombre de la etnia ancestral de los Tsáchilas, también es conocida como «Santo Domingo de los Colorados» por la costumbre de los indígenas tsáchilas de pintarse el cabello de rojo con achiote.

De acuerdo con el Plan de Vida para la Nacionalidad Tsáchila, existen en torno a los 2.100 táschilas, que están divididos en las siete comunas donde se habla el tsafiqui, y que están desplegadas en una provincia en la que habitan cerca de medio millón de personas.

Sánchez Estrada explicó que los tsáchilas tienen su propio modelo de gobierno y ahora eligen de manera democrática a su propia gobernadora, máxima autoridad, un cargo que antes era hereditario.

Esa autoridad de la nacionalidad trabaja en pos de las siete comunas y articula gestiones con otros niveles de gobierno, mientras que la provincia de Santo Domingo de los Tsáchilas tiene su propia gobernación, cuya autoridad la designa el Ejecutivo.

De acuerdo con la responsable de turismo, tsáchila significa «verdadera gente» y entre las características más importantes de la nacionalidad figura el que los hombres usan achiote en el cabello, y se trazan líneas horizontales en el cuerpo, algo que se vio con despliegue en la celebración de hoy.

Se pintan el cabello «para recordar un momento en que se diezmó la población» por la viruela, explicó al asegurar que también se vieron afectados por la fiebre amarilla.

Relatos dan cuenta de que los pobladores comenzaron a utilizar el achiote para cicatrizar los granos producto de la viruela.

«Cuando vienen los dominicos al territorio de Santo Domingo por el tema de evangelización (…) se topan con indígenas que estaban pintados el cuerpo entero y los ven colorados, desde allí se quedan con el nombre de colorados», rememoró.

Pero ahora solo los hombres se pintan la cabeza con achiote y usan líneas negras en el cuerpo «para espantar a los malos espíritus», mientras que las mujeres se colocan espejos, como collares, «que también ahuyentan los malos espíritus», relató.