Decenas de migrantes son atendidos por ADRA en Rumichaca

Ayuda. Un vehículo equipado ofrece atención odontológica gratuita a los venezolanos en Rumichaca.
Ayuda. Un vehículo equipado ofrece atención odontológica gratuita a los venezolanos en Rumichaca.

TULCÁN

Con los zapatos rotos por los largos trayectos caminados, sucios, con mucha sed y hambre arriban diariamente a la frontera centenares de ciudadanos venezolanos, que cuentan los días para llegar a Perú o Chile, sus países de destino.

Las ampollas, luxaciones, escaldaduras, rostros quemados por el sol y el agua, dolencias en las piezas dentales y perturbaciones mentales, dejan huella en estos migrantes forzados, que añoran volver a esa Venezuela próspera y con grandes libertades del pasado.

Desde hace varias semanas en la parte posterior del Centro Binacional de Fronteras, en Rumichaca, opera un furgón con varios profesionales del voluntariado de la Agencia Adventista de Desarrollo y Recursos Asistenciales (ADRA).

Hasta allí llegan decenas de extranjeros pidiendo ayuda psicológica, odontológica, legal, entre otras, servicios que se brindan gratuitamente y que buscan en algo restar la difícil situación que deben sortear estos latinoamericanos durante los 800 y más kilómetros que recorren hasta el puente binacional andando.

Voluntariado

Antonieta Silva, quien es parte del voluntariado de (ADRA) en este puesto fronterizo, explica que vienen desarrollando un trabajo de atención a los migrantes en las fronteras de Ecuador, Perú, Brasil y Colombia.

A pocos metros de la línea 0, en el límite fronterizo, un vehículo equipado ofrece atención odontológica gratuita a los venezolanos. Además se ofrece vigilancia psicológica emocional, explicándoles a los caminantes sobre el significado del denominado duelo migratorio.

Los extranjeros reciben también información sobre normas de comportamiento, trámites de documentos, entre otros. Antonieta comenta que diariamente deben atender incluso a mujeres embarazadas que han partido con sus hijos pequeños.

En ADRA se estima que existe un promedio diario de ingreso de entre 2.000 y 3.000 ciudadanos desde Venezuela, que cruzan la frontera. Sin embargo, señalan que hay días que presentan picos de 5.000.

Comentan que hasta el módulo de odontología llegan entre 80 y 100 personas e igual número para recibir atención psicoemocional. En este espacio solidario además son entregados kits de aseo.

Una de las áreas más utilizadas es la zona de recargas de celulares, donde hay un panel especial que permite alimentar las baterías de los móviles.

Juan Lupera, quien llegó de Caracas, cuenta que los dispositivos les permiten “whatsapear” con sus familiares en los espacios donde hay WiFi.

En el lugar hay también carpas donde pueden protegerse de la lluvia o del sol. Frente a este sitio están instaladas baterías sanitarias y duchas, que fueron proporcionadas por instituciones estatales y organismos no gubernamentales.

Testimonios

Maritza de González, funcionaria de ADRA, manifiesta que trabajan en 140 países, brindando ayuda en situaciones de emergencia. Llegaron hace cinco semanas a Rumichaca.

“En este lugar estamos brindado atención en salud física, ayuda psicosocial con una profesional venezolana para generar empatía con los pacientes, y en el fortalecimiento de las comunicaciones de los migrantes”, agrega González.

A los viajantes se les facilita telefonía celular para que se comuniquen con las personas que los esperan en los países a los que aspiran arribar, o con sus familiares que se quedaron en territorio llanero.

Jennifer Jiménez, oriunda de Barquisimeto, quien llegó tras caminar por ocho días, ingresó inmediatamente al área de odontología por un fuerte dolor de muela. “Se han portado muy bien y me han realizado una calza gratuita”.

Ricardo Peñafiel, odontólogo que presta el servicio, indica que los pacientes acuden a realizarse limpiezas, ya que por el estrés mucho fuman o mastican “chimbuy” (planta), que les cambia de color las piezas dentales.

En este pequeño espacio se ofrece profilaxis y reconstrucciones de las partes posterior o anterior. Peñafiel dice que brindar este servicio le llena de vida, porque es una obra que Dios les ha encomendado.

El éxodo venezolano no se detiene y cada vez son más los extranjeros que deciden partir de ese país y desplazarse caminando. Durante el recorrido piden ayuda económica, ropa y comida, o solicitan a los conductores aventones a los conductores para acortar el kilometraje. (CMRV)

DATO

Hasta el módulo de odontología llegan entre 80 y 100 personas diarias, e igual número para recibir atención psicoemocional.