Frustración y desesperanza

La aparición en la escena social y política de nuevos y explosivos casos de corrupción es parte ya de la cotidianidad de Ecuador. Acusaciones y allanamientos, rendiciones de cuentas y más involucrados, algunos que se vanagloriaban de su condición de ‘personas honorables’ engrosan el catálogo de presuntos delincuentes. De cabecillas y cómplices poco a poco se develan biografías sombrías y vergonzosas.

Los ignorantes han vivido tanto tiempo con esa mentira que ya no son capaces de verla”. Carson McCuller Escritora estadounidense (1917-1967)

A Odebrecht, Caminosca y Petroecuador se suman un partido político y el IESS. De ser ciertas las denuncias y evidencias que afloran, lo del IESS sería de una bajeza incalificable, pues afecta al porvenir de los trabajadores y jubilados. Ante este panorama de podredumbre moral en expansión durante decenios los ecuatorianos nos sentimos conmocionados por la frustración política y la ansiedad ante el futuro.

Sin embargo, fórmula de la ‘cooperación eficaz con la justicia’ que piden algunos implicados en los casos en proceso, a fin de ganar rebajas de las penas que comportan sus respectivos delitos, podría ampliar y profundizar más el pantano delincuencial de ‘cuello blanco’ que va conociendo indignada y horrorizada la opinión pública. De ser así, muchas máscaras de decencia e incorruptibilidad irían al suelo.

La acción revolucionaria fue una concesión teatral a las masas descontentas más que una batalla real por el poder”. Hannah Arend Filósofa alemana (1906-1975)

Muchos sectores sociales, empezando por la clase media, viven y respiran una gran inquietud respecto a su futuro, lo que les infunde demasiada desesperanza. Si los fiscales y los jueces actuantes no honran debidamente los cargos que ostentan en cada uno de esos casos de corrupción, esa desesperanza acabaría de arrasar con los valores morales que aún luchan por prevalecer por encima de todo.