Música

Antonia  Martínez 11 años
Antonia Martínez 11 años

Me gusta mucho la música, toda la música. Yo me imagino a la música ecuatoriana y a los artistas, en el futuro, de una manera increíble, con muchas luces y todito, todito remodelado.

Yo quisiera que las presentaciones que dan los artistas; los conciertos y todo eso que viene con su sonido, siempre sean muy buenas e increíbles.

También me gustaría que los artistas y los cantantes, en el futuro, se presenten en los parques y que en esos lugares tengan muchísimas cosas divertidas.

Me encantaría que existan muchos festivales donde vendan CDs, stickers y cosas de esas. Siempre escucho a muchos artistas, me encanta Bruno Mars y Michael Jackson. Pero también quisiera que se oigan más bandas de acá (Ecuador).

Mi festival ideal, de música, tendría un montón de carpas. Tendría que ser un concierto donde pongan luces y donde cada una de esas luces apunte a esas carpas y que ahí estén un montón de robots que entreguen cositas. También me gustaría que, cuando empiece a sonar la banda, cada una de ellas te explique de lo que se trata su música.

Quisiera ir a festivales también cuando sea grande y quisiera que los artistas ecuatorianos toquen más en Ecuador.

Yo escucho música porque es divertido, no me imagino cómo sería la vida sin música, capaz sería muy aburrido porque te sentirías solo. Con la música siempre puedes bailar.

La música ecuatoriana y la música que se hace en el exterior son increíbles.
Yo quiero que un artista ecuatoriano suene con los mismos efectos de sonido y las luces que vi en el concierto de Bruno Mars. Sería bueno que en los shows de acá haya mucha más gente.

Ivis Flies. Músico, exintegrante de La Grupa y productor en AYA Records.
Ivis Flies. Músico, exintegrante de La Grupa y productor en AYA Records.

Creo que ha sido un tiempo de aprendizaje. Hemos trabajado en discos que nos han costado un montón, sobre todo para entender cómo hacer música más global, sin decir que la música local sea menos, tener otra visión.

Hemos viajado un montón, armando redes con otros profesionales, conociendo mercados, aprendiendo, buscando estos padrinos, estos ‘hermanos mayores’ de otros países que van confiando en tu trabajo.

Mi aporte creo que tiene que ver mucho con una visión y un sentido de años de experiencia. Entender cómo se puede armar nuevos proyectos.

Hay que trabajar la conceptualización, no dejar cabos sueltos, hacerlo lo más ‘pro’ posible, olvidarnos de que esto sea un ‘hobbie’. Creo que en esa visión de cómo funcionar es quizá donde yo aporto más.

El tema es encontrar una identidad en la música (ecuatoriana) que propongo. Siempre he tenido como línea de trabajo la música tradicional; busco que estos ‘colores’ se sientan.

He tenido la suerte de hacer discos como el de Río Mira o el de Mateo Kingman, que en cambio tienen una fuerza lírica increíble. Él (Mateo) como persona ha despegado. Hay que buscar identidad, personalidad, buen concepto y trabajar de forma ‘salvaje’.

Estoy agradecido con la vida porque realmente la misma música me ha traído hasta este lugar. La música es como una ola que empieza con un proceso creativo, luego uno más productivo, después estás en el mercado y luego vuelves a bajar a tu proceso creativo inicial. Hay que entrar en esa rueda con muchísima coherencia y profesionalismo.

Como productor, siempre acompaño a ‘hacer toda la vuelta’ desde lo creativo hasta el final y luego todo el equipo se va sumando; los que hacen videoclips, los que tocan en la banda, el tour mánager, la gente de lo bookings internacionales, los sellos discográficos.

Los artistas ecuatorianos nos empezamos a volver ‘cool’ en el mercado internacional. Estos sonidos andinos, los colores afro-pacífico, afro-serranos refrescan la sonoridad.

El consumo es tan rápido, que la gente aprecia de otra manera todo lo fresco y nuevo. No somos un país viciado por la industria, nos dedicamos a hacer música.

Hay mucha atención afuera, eso es real. Cuando voy a los mercados internacionales, todos quieren saber lo que hay en Ecuador. En las mesas y las conferencias se habla del país, gente que inclusive no tiene que ver nada con nosotros. Eso es lo que se siente.

«Hay que trabajar la conceptualización, no dejar cabos sueltos, hacerlo lo más ‘pro’ posible, olvidarnos de que esto sea un ‘hobbie’ y verlo como nuestro emprendimiento que va en crecimiento”.