Insumos caros y especulación ‘golpean’ a la producción agrícola

IMPORTANCIA. El campo es uno de los sectores que más empleo genera en el país.
IMPORTANCIA. El campo es uno de los sectores que más empleo genera en el país.

La guerra entre Rusia y Ucrania profundizó los problemas, sobre todo de los pequeños y medianos productores. Más costos representan menos ingresos e inversión.

El sector agrícola es la base de la seguridad alimentaria (provisión de comida) y representa más del 67% de las exportaciones no petroleras del Ecuador.

Sin embargo, los problemas estructurales del campo no han sido corregidos por ningún Gobierno; y en los últimos dos años se han visto maximizados por el ‘golpe’ de la pandemia y la reciente guerra entre Rusia y Ucrania.

La actual crisis, que incluye altos costos de insumos y baja productividad, pone en riesgo a un sector que genera, según los últimos datos del Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INEC), más de 2,68 millones de empleos directos (32,9% de la Población Económicamente Activa (PEA) de los hombres y el 29,7% de la PEA de las mujeres.

A continuación, se detallan las principales claves de esa crisis en el agro:

1.- Desde 2021 ya se registraron incrementos de entre 40% y más del 100% en los principales insumos agrícolas como abonos y fertilizantes. Esto redujo al mínimo las nuevas inversiones previstas en el agro para 2022.

2.- La pandemia provocó problemas logísticos y escasez porque grandes proveedores de insumos como China decidieron enfocar la mayoría de su producción al consumo interno. La guerra está empeorando la situación, debido a que desde Rusia y Ucrania viene más del 39% de los abonos y fertilizantes que necesita el campo ecuatoriano.

3.- En 2020, la urea, que es un fertilizante producido con base en derivados de petróleo, costaba $18 por saco. Ahora se importa a no menos de $54. Lo mismo ocurre con otros insumos como fosfata y potasa.

4.- Los grandes productores han podido ir migrando a fertilizantes y abonos con menos componentes de petróleo y más orgánicos, pero los pequeños y medianos están a merced de los productores importados cada vez más caros.

5.- A corto plazo, esos grandes productores podrían ver un aumento en sus costos de entre 2% y 5%; pero para la gran mayoría (más del 80% de las hectáreas cultivables por pequeños y medianos productores), el incremento será de al menos un 20% adicional.

6.- Dependiendo de cuánto demore la guerra, la productividad de los campesinos pequeños y medianos podría caer hasta en un 50%, si no se encuentran opciones más baratas de insumos.

7.- Menos producción y costos más altos dan como resultado mayor inflación en el precio de los alimentos en el mercado interno. Ese efecto ya se sintió en el nivel inflacionario del 2,71% registrado con corte a febrero de 2022.

8.- A parte de la coyuntura actual, el sector agropecuario tiene problemas estructurales como el costo de mano de obra, la tramitología (más de cincuenta reglamentos, leyes y otras normativas), poco acceso al crédito y tecnología, y problemas de intermediación.

9.- Rodrigo Gómez De la Torre, expresidente de la Cámara de Agricultura de la Primera Zona considera que la inflación en el mercado interno se magnifica porque la intermediación agrícola se convierte en especulación. Se paga lo más barato posible al productor y se vende lo más caro posible al consumidor en los mercados. “Es una de las peores formas de corrupción que tenemos”, dijo De la Torre.

10.- Insumos caros y especulación son la combinación perfecta para profundizar el problema de reducción de ingresos y aumento de pobreza, el cual ya estalló con fuerza con la pandemia. Desde 2020, 8 de cada 10 ecuatorianos en el campo perdieron sus ingresos.

11.- Los incentivos productivos no priorizan a los pequeños y medianos agricultores. En la Ley de Inversiones, por ejemplo, se establecen garantías de estabilidad jurídica y normativa para los proyectos de $50 millones o más.

12.- No se aprovecha la infraestructura y la normativa vigente para impulsar al agro. Por ejemplo, casi no se utiliza al Aeropuerto de Quito como centro logístico y de importación de insumos. Al lado de ese aeropuerto están abandonadas 200 hectáreas de la Zona de Desarrollo Económico de Quito. Desde ahí se podrían impulsar inversiones para la sierra agrícola, con menos tramitología, impuestos y aranceles. Ese mismo descuido se repite en otras zonas del país. (JS)